
CANC BBB 541. CANCIONES VIEJITAS DE COLOMBIA. 766
Descripción de CANC BBB 541. CANCIONES VIEJITAS DE COLOMBIA. 9562h
¡Tan antiguas pero ¡tan hermosas!. Realmente unas joyas. Más datos, letras, músicas, en el vínculoabreviado de cada canción. 1. EL MUERTO VIVO. Fdm112 ,.González Arenas. 1965. Serrat y Sabina. 2. LA GOTA FRIA. Eqp324. Moralito y Zuleta. 1938. Vers de Carlos Vives. 3. CAY CHIRI TUTAPI. 1600?. Fla106. Anónimo. Ecuador. quechua. 4. LA GUAÑEÑA. Fla112.. Hacia el 1700. Díaz y Pavón. 5. LA PIRAGUA. José Barros. 1967. Versión de Carlos Vives. Escuchar en: https://go.ivoox.descargarjuegos.org/rf/148906540. 16606m
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Hola, está bien doña Rosario, es acá mismo.
Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo estás? ¿Todo bien? Bien, bien, ¿y vos? A Estelita todavía no la tenemos.
Él ha sido atareada por Juliana.
A cuatro manos, decía que estaba.
De todas maneras, hoy va a haber un pedacito que hemos rescatado de una grabación anterior, que también lo vamos a poner para que ustedes le oigan la voz.
Pero ahora lo hacemos Rosario y yo.
Muy bien.
Hoy lo dedicamos a canciones antiguas de Colombia.
La primera es una muy divertida, El muerto vivo.
Es una divertidísima canción del compositor colombiano Guillermo González Arenas.
La letra está basada en un suceso real del departamento de Antioquía en Colombia.
El comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños la utilizó en El Chavo.
Esta canción se popularizó en España en versión rumba catalana por Peret hace 50 años ya.
Posteriormente, y en homenaje a este cantante catalán, fue interpretada en los conciertos de una gira conjunta que realizaron por Uruguay Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina y grabada en un disco que se llama Dos pájaros de un tiro en 2008.
Posteriormente, retomaron Serrat y Sabina la canción hace poco, porque pasó lo mismo, el mismo suceso con un narco, alias Fritanga que había escapado de la justicia haciéndose pasar por muerto y fue capturado en la super fiesta de su segunda o tercera o cuarta boda.
Vaya a saber cuál.
El muerto vivo.
El 2 de julio, hace 4 años a las 4 de la mañana, un utruido grupo de oficiales de investigación criminal de Interpol y de la Armada, desembarcaron en la isla Múcura, cerquita de Cartagena de Indias y se acercaron hasta el hotel Punta Faro donde a esa hora, más de un centenar de personas protagonizaban una bacanal digna de esta ostentación de los capos de antaño.
Los investigadores buscaban a un narcotraficante pero conocido como Fritanga requerido por las autoridades estadounidenses, pero al que se le había perdido el rastro porque figuraba oficialmente como muerto. Pero la sorpresa no fue únicamente la de encontrarse al muerto en plena fiesta.
Entre los que parrandeaban había también 7 ciudadanos de Estados Unidos, algunos de los cuales eligieron ser policías.
¡Wow! Uno de los oficiales participantes del operativo dijo a los periodistas aunque íbamos armados y perfectamente uniformados, cuando nos vieron entrar la gente comenzó a aplaudirnos.
Pensaban que éramos parte de un show y que estábamos disfrazados.
Para la madrugada del lunes ya llevaban 6 días de rumba, en donde todas las noches había orquesta y fiesta.
Creo que pensaron que nosotros éramos parte del show de aquella noche.
No querían apagar la música.
Solo cuando nos subimos a la tarima y la desconectamos y ordenamos a los cantantes tenderse al piso cayeron en la cuenta de que era una operación de verdad.
Eso es lo que contó el uniformado.
Entonces vieron a Fritanga sin camisa, borracho, bailando con su esposa con la que acababa de casarse.
Los investigadores le avisaron que estaba siendo capturado mientras la recién desposada se deshacía en lágrimas.
También. El anfitrión de la fiesta no perdió la alegría, ni siquiera cuando era conducido por los oficiales.
Los invitados lo despidieron entre whisky y aplausos, mientras la policía los sacaba del lugar.
Fritanga había conseguido que una notaría de Bogotá certificara que había fallecido en el 2010.
Así que figuraba en los registros como muerto por causas naturales.
Con una nueva identidad y sin antecedentes, Fritanga siguió haciendo lo que sabía hacer.
Exportar coca.
No deja de sorprender que haya cometido un error tan elemental como el de hacer una fiesta típica de un gran capo.
Si no hace la fiesta, de pronto nos damos con él, comentó el oficial.
Es que Fritanga quiso tirar la casa por la ventana para celebrar su boda.
Alquiló todo el hotel Punta Faro para él y sus 220 invitados a los que cubrió todos los gastos, viajes, alojamiento y demás, durante ocho días. Contrató doce orquestas a reconocidos artistas de la música vallenata que diariamente se alternaban para realizar shows.
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