ND (22x25) - Las puertas del infierno - El rodaje que salvó vidas - La aparición sin rostro 4kd1b

Aquí comienza Nueva Dimensión, con Juan Gómez.

Muy buenas noches a todos amigos, saludos de Juan Gómez, bienvenidos a Nueva Dimensión.

Veréis la imagen que tenemos delante, la verdad es que es tan espectacular como en cierta medida sobrecogedora.

En Darbaza, una zona perteneciente a Turmenistán, se produce un accidente.

En el año 1971 un equipo de geólogos se encuentra en un lugar remoto del mundo, de hecho en pleno desierto de Karakum.

Allí estos científicos están seguros que en esa zona hay gran cantidad de recursos en petróleo y gas natural.

A pesar de lo inhóspito del lugar y las dificultades que todo esto entraña, creen que pueden encontrar amplias fuentes de este tipo de energías, por lo que comienzan las excavaciones y junto a ellas deciden establecer su campamento, sin saber lo que ocurriría, fijaos bien, días más tarde.

Y es que al cabo de unos días de trabajo, los allí presentes notan algo, un temblor repentino en la tierra.

Algo estaba sacudiendo el suelo, pero no parecía ninguna clase de terremoto.

Angustiados y sin saber que hacer prácticamente, contemplan con estupor como el suelo se abre y como parte de su campamento es engullido por la tierra.

Según parece, todos consiguen huir antes de que esa misma tierra le estragara.

El suelo de aquel desierto había colapsado, ante ellos tenían un gran agujero, un cráter de 30 metros de profundidad y 69 de diámetro.

Un círculo casi perfecto, donde los atónitos científicos descubren que de ese gigantesco agujero está emanando gran cantidad de gases tóxicos.

En este aspecto hay que decir que no hay datos concluyentes, pero se dice que los geólogos se pasan varios días decidiendo qué hacer.

Aquel gran agujero en el suelo no deja de emitir gran cantidad de gases, principalmente metano.

Temen que esto pueda suponer un impacto ambiental sin precedentes, entonces dicen toman una decisión.

Prenden fuego al gas, ese gas que sale de la tierra.

Piensan que tarde o temprano, quizá en unos días, acabaría por consumirse.

Sin embargo, contemplan con estupor como tras ya no solo días ni semanas, sino varios meses, el agujero sigue ardiendo, lo que obliga al equipo a abandonar la zona y dejar ese lugar, esperando a que el fuego consumiera todo ese gas.

¿Pero por cuánto tiempo? Bien amigos, ese gran cráter lleva ardiendo desde hace más de 50 años.

Un cráter donde el fuego ha seguido y sigue danzando en su interior.

Este lugar ha sido bautizado como la puerta del infierno.

Sin embargo, incluso en ese infierno hay vida.

En el año 2013, el explorador de National Geographic, George Kourounis, fue la primera persona en descender al fondo de ese cráter.

Lo hizo evidentemente con un traje protector y tras recoger material de su fondo, descubrió que en ese infierno de fuego y gas, hay microorganismos que son capaces de sobrevivir, incluso a temperaturas superiores a los 400 grados centígrados.

Sin embargo, dicen que en este lugar no solo habitan esos minúsculos seres.

Las leyendas locales, alimentadas por la visión de ese cráter de fuego, lo describen como un portal al inframundo.

Quizá por estas leyendas, pero también por el riesgo que suponía, en el año 2004 el presidente de Turmenistán, ordenó el traslado de las aldeas cercanas.