12.Mi romantizado RITUAL en los aeropuertos. mj5v

Hola, muy buenas, querida comunidad, bienvenidos a otro episodio de Trip Talks.

Hoy les hablo desde el aeropuerto internacional de Bangkok, el de Soavuraburni, o alguna cosa así se pronuncia, discúlpenme, hay dos aeropuertos en Bangkok a todo esto, el de Don Mueang, al norte de la ciudad, y este un poquito más hacia el sur, en el que me encuentro, también abreviado como BKK, operan las principales aerolíneas del mundo, como en este caso Qatar Airways, con la cual me dispongo a tomar un vuelo, dirección Barcelona, con una escala en Doha, de unas cuatro horitas y media.

Hoy no les vengo a hablar de aerolíneas, sino de mi ritual antes de subir a cualquier avión, es algo que llevo implementando desde hace unos diez años, y como hay gente que por ejemplo se hace la señal de la cruz antes de subir al avión, o incluso cuando aterrizan besan el suelo, eso también hay personas que lo hacen, cada vez menos, pero hay personas que lo hacen y creo que es importante agradecer un buen vuelo, llegar sano y salvo, y ser agradecidos de estas cosas que damos muchas veces por supuestas, pero que son un milagro, que subamos a un avión, que todo vaya bien, que aterricemos, es increíble, impensable hace cientos de años, así que tenemos la fortuna de estar en esta generación, en estos días, y en poder viajar a cualquier parte del mundo con tanta facilidad.

Escuchaba hace poco, o leía en un podcast, o en una revista, un documento, que las primeras personas que viajaron, su coste era de unos 30.000 euros, en aquel momento se calculaba como que eran unos 30.000 euros lo que tenían que pagar, entendiendo la diferencia de época, el IPC que ha subido, todas estas historias, eran unos 30.000 euros lo que tenían que pagar, es decir, es como si hoy en día nosotros, cuando quisiéramos tomar un vuelo, fueran 30.000 euros, y ya veis que podemos volar desde España a Londres, Italia por unos 40 o 50 euros sin problema, así que somos muy afortunados de pertenecer a esta generación con la cual nos movemos con tanta facilidad.

Bueno, me centro en el ritual que incorporé hace, yo creo que unos 10 años, cuando iba a visitar a mi pareja a Escocia, ella vivía en Glasgow, estaba haciendo un curso Erasmus, y yo cuando podía me escapaba, yo vivía en París en aquel momento, me escapaba a verla, y recuerdo un día de mucha lluvia y mucho frío allí en tierras escocesas, y tuve el deseo y el impulso de tomarme un cafecito con leche calentito, recuerdo aquella cafetería con una luz tenue en el aeropuerto, me encontraba de maravilla, la verdad que fue un momento muy bonito, sentir ese frío fuera, esa lluvia intensa, ese clima hostil de esas latitudes, sobre todo del norte de Reino Unido, y yo notarme tan calentito, tan a gustito con mi café con leche.

Tiempo después, incorporé al café con leche un croissant, sin nada más, con el que mojar, y el café con leche no es un ritual que haga al 100%, pero diría que el 90-95% de las ocasiones lo llevo a cabo, cuando no lo he practicado ha sido básicamente porque he ido muy justo de tiempo y no me ha dado la vida, pero siempre que he podido lo he llevado a cabo.

La verdad que es un ritual que me pone muy contento, que incluso antes de tomar el vuelo me pone muy feliz, solo pensar que me voy a tomar mi café con leche calentito, que agradezco incluso más en aquellos lugares donde hace fresquito. En verano está muy bien, pero cuando hace frío ese cafecito con leche calentito, le da la vida a uno, y a mí me pone muy contento. Yo ya lo asocio a aeropuertos, que además cuando veo un aeropuerto desde la carretera de Barcelona, la C31 que va de El Prat a Castelldefels, o de Castelldefels al Prat, pasas por el aeropuerto y siempre lo asocio a un lugar mágico, esa caja teletransportadora que te lleva,