147. Trekking Hacia lo Salvaje en Nepal: Caminando hacia la Igualdad 253m6b

La altitud marca, el cansancio, los años, el peso, pero hay un equipo que te apoya y
hay un camino que te brinda y sobre todo te acompaña siempre el imanaje, entonces eso
es una energía que cuando piensas que te ha ido todo vuelve a cargarse las piernas,
el corazón, vuelves a respirar, vuelves a reír y tiras para adelante.
Hola yo soy Ana Cortés Luengo y esto es Hacia los Salvajes, viajes y podcasts que ponen
la vida en el centro. Hacia los Salvajes son viajes con una perspectiva ecofeminista,
viajes para visitar, dialogar y colaborar con iniciativas que viven en armonía con
la naturaleza. En el capítulo de hoy nos vamos a adentrar en uno de estos destinos,
pero recuerda que en HaciaLosSalvajes.net tienes más información y que formando parte
de nuestra comunidad tendrás a bonus talleres y a nuestros diarios de viaje. Y
ahora sí que sí, encendamos el fuego de hoy.
Lo de hoy ya te adelanto, es un capítulo muy distinto, no va a haber ninguna entrevista
ni coloquio. Esta vez vamos a viajar a través de las historias y de las voces de las mujeres
que hicieron posible nuestro viaje a Nepal para recorrer los pueblos más bonitos de
la Anapurna. Aquí vas a encontrar una aproximación al Himalaya desde otro lugar, algo así como
lo que nos revela Nanseper en su libro La montaña viva, donde nos invita a descubrirla
sin objetivos, sin asedios a la vista, como quien visita a una amiga, lejos de los términos
de conquista a los que el mundo montañero nos tiene tan acostumbradas. Con este episodio
te vas a venir con nosotras a hacer un trekking por donde quizá no haya pasado ningún turista
desde hace mucho tiempo, donde nos detendremos a reconocer árboles, plantas y fauna, y donde
cada historia, cada voz, será la oportunidad de aprender más sobre la vida, los retos
y los desafíos de nuestras hermanas nepalís.
Esta es nuestra iglesia, y esta es nuestra escuela primaria, y estas son nuestras monasterías.
Muy bien, el Alto Doku. Sí, y ahí están las casas.
Antes, cuando yo estaba allí, no teníamos luz, pero ahora tenemos solar.
Solar, sí.
Es genial.
Aquí no hay toiletas, no hay agua. Tenemos que ir como 15 minutos para traer agua para beber.
Sí.
Desde el río.
Y es muy diferente.
¿Hay algún médico?
Tenemos un médico horrible.
Se cura lentamente.
Sí, pero no es tan bueno.
Muchos de nuestros hijos no tienen madre.
Se quedan en el barco y se van.
Porque no tenemos nada.
Ahora estamos preparando a muchos médicos.
Sí.
Eso es bueno.
Muchas mujeres mueren en el barco.
Sí.
Yo te preguntaba, los médicos.
¿La medicina naturalista llega hasta dónde llega?
Pero haber pedido una cesárea o un parto complicado, pues, es eso.
Tu trabajo aquí es muy importante.
Sí, muy, muy.
Estoy muy contenta con todo lo que he tenido.
Desde Comán, la única forma de llegar a Katmandú es caminando por la montaña durante 15 días para luego coger un autobús.
Están muy cerca de la frontera con Tíbet, en pleno Himalaya, a 4.500 metros de altitud.
Las infraestructuras son muy básicas, como te podrás imaginar.
No hay electricidad, no hay médicos, no hay internet y tan solo cuentan con una pequeña escuela de primaria.
La única comunicación con el exterior se hace a través de carta.
Cuando el rimpoche, una figura que podríamos denominar como el maestro, va y viene a Katmandú una vez al año.
Pues bien, ¿este proyecto?