1x07 Los carnavales 1n4p1o

Bienvenides a Bananadrama. Comenzamos.

Bananá y la otra es drama.

Mamarrachas, atontadas, Bananadrama.

Puedes poner aquí tu publi Bananadrama.

Muy buenas, queridos oyentes.

Aquí estamos una semana más al habla drama y tengo aquí el antesala del cielo.

A mi buena amiga Bananá.

Cómo estamos? Muy buenas, querida.

Muy bien. Y vos? Bien. Has entendido la referencia del antesala del cielo o no? Voy a decir que sí para no quedar mal, pero ni puta idea.

No, bueno, no decís siempre que de Madrid al cielo.

Pues ya está.

Estás en la antesala del cielo.

Mi barrio es la antesala.

La antesala. Básicamente.

No, pero que diré que yo sabéis.

Esto lo hemos hablado ya varias veces, que yo no soy de ciudad grande y digo yo claro que de Madrid al cielo, porque para mí Madrid es el infierno de la vida.

O sea, Madrid, que no se lo tome nadie mal.

Madrid, Barcelona, cualquier ciudad grande para mí es el infierno de la tierra.

Entonces yo soy de rural.

Madrid es el infierno en la tierra.

Cuando es agosto, porque hace un calor que te mueres.

Entonces también.

Pero bueno, iros ahora en un veranito y veréis que lo que es el infierno de verdad que ahí sí que hace calor cuarenta y pico.

La humedad.

Sí, por eso me he quedado yo calva.

Se me rizaba demasiado el pelo.

Se me rizó para adentro ya.

Te rizó para adentro.

Sí, sí. Cuéntame de qué vamos a hablar hoy.

Cómo han ido esos carnavales, por cierto? Claro, pues es que digo, porque nada más una poquita de carnaval, porque San Valentín está muy manido, pero carnaval poco se habla.

Poco se habla de los carnavales.

Sí, la verdad yo tengo.

Bueno, podría contar aquí cosas y cosas y cosas.

Y voy a empezar como siempre remontándome al pleistoceno cuando yo era joven.

Que me acuerdo.

Esa profesora que hablamos tú y yo en el capítulo extra que cortó completamente mi creatividad.

Esa señora malvada.

Pues con esa misma señora.

Además, en preescolar teníamos que ir carnaval disfrazados.

La plapla.

Mi madre no tuvo la mejor idea que vestirme de pollito, que el vestido de pollito consistía en un traje de cuerpo entero amarillo con un tutú en tulio amarillo.

No te digo yo al tutu que no, pero no era el momento ni la edad.

Y la muy hija de su madre, por no llamarla otra cosa, me dijo que bonito venga hasta aquí, que yo, claro, con el apellido que tengo, me sentaba siempre al final de la clase y la cabrona vende hasta aquí.

Pero como eres un pollito, tienes que venir haciendo pío, pío, pío. Y yo de pequeño que no hablaba muy bien.

Pues así toda la clase, todos riéndose de mí.

Y le cogí mucho odio a aquel disfraz.

O sea, ese carnaval.

Yo no sé cuántos traumas he tenido yo en el jardín, o sea, en preescolar.

Yo creo que debería haberme lo saltado.

Eso digo yo, pero escúchame tú, o sea, tú psicólogo, psicóloga, psicóloga, vamos, se habrá puesto las botas contigo, porque madre mía, vaya infancia.

Sí, claro, si es que para hablar con esta señora hemos tenido que tirar de cuija para rellenarla.

Si es que ya está la pobre, ha doblado servilleta hace años.

Lo sé.

Y el que mejor recuerdo, que tengo más recuerdo, que me lo pasé muy bien, fue cuando se puso de moda aquí en España el Chavo del Ocho.

Que ese año me vestí de chilindrina porque tenía el pelo largo de aquellas, que lo hemos hablado ya tú y yo, el tema de la chilindrina.

Y si me lo pasé bien, porque fue un carnaval que sí que pude ser yo mismo, porque habitualmente me compraban mis padres los disfraces y que si de ninja, que a mí los ninjas no me interesaban, que si de una cosa.

Y nunca me llamó la atención lo del carnaval.

Y ese año que pude hacer yo lo que quise con unos peter panes, una camisa larga de mi madre y demás, que me vestí de chilindrina, con dos coletitas y tal, y me lo pasé pipa.

Y ese yo creo que fue el mejor, el mejor carnaval que he pasado en mi vida.

Y mira que he estado casado y todo, pero que mejor ha sido ese en solitario.

Fíjate, la chilindrina tiene que ver contigo.

Eso también has de mirar, cariño, no sé hasta qué punto.

Bueno, pero me sentí de que podía hacer lo que me daba un poco la gana ese año.

Y aparte fue de algo que a la gente le hacía gracia.

Y me habló bastante gente ese día.

Me sentí bien, que como siempre, porque esto ha sido muy típico mío desde la juventud, salí de carnavales, pero salí solo, porque yo siempre estaba solo.

Iba solo por los lados.

Entonces ese año salí solo, pero me lo pasé bien.

Y otros años que he ido con amigos y demás, pues me lo disfrutaba.

¿Y tú qué? ¿Cómo fue allí en el rural de Toledo los carnavales? En el rural.