29 EL TREN DEL DESTINO 2-PRESENTA PEDRO ZARCA c3gq

La misma bueno tú home should be sí ya the way si le ocurre okay muy buenas noches bienvenidos a un programa más del tren del destino qué bonito programa presentado y dirigido por pedro zarca para espíritu guerrero magazin radio túneles de recordaros nuestro correo electrónico que ese tren del destino dos arroba gmail punto com bici en nuestra entrega de hoy vamos a hablar pues en el apartado de coleccionismo vamos a hablar de unos mecheros de gasolina míticos que fueron los los cipo uy en la siguiente parada hablaremos de bueno pues las concentraciones moteras de dos mil veinticuatro las más próximas y veremos un poco como anda el mundillo motero nuestra tercera parada nos va a llevar a una expedición española mítica que fue la expedición malaspina y por último vamos a hablar de la inteligencia artificial del futuro que dicen que trae novedades estilo star trek comenzamos ya a nuestra primera parada del tren del destino nuestra bueno pues sale el jefe de estación y enseña su bandera roja y su gorra y salimos en dirección a cipo a nuestra primera gran colección de encendedores de de gasolina hay que decir que la historia de la zippo manufacturing company es la historia de sus trabajadores bueno desde su fundador que fue dos blaisdell hasta los numerosos empleados clientes y coleccionistas de tipo todos han tenido un papel importante en la rica historia de la empresa su lealtad y dedicación han convertido a zippo en uno de los iconos más reconocibles de estados unidos la historia de zippo da comienzo a principios de los años treinta del siglo pasado en el bradford country club de bradford pensilvania allí blaisdell su fundador vio como un amigo suyo luchaba con torpeza por utilizar un incómodo encendedor fabricado en austria ay el futuro fundador de zippo se dio cuenta de que el encendedor funcionaba bien a pesar del viento gracias a una chimenea especial pero la apariencia y el diseño eran utilitarios eran poco eficientes y para manejar el encendedor hacían falta las dos manos y la fina superficie metálica se apoyaba con mucho