2x21 KEEP FOMORAMING 2p2r29

¿Grabación? Vale, perfecto.

Yo, que sepas que he vuelto a mis auriculares de hilo.

De cable.

Bueno.

Sí.

Se oyen bastante peor, pero se oyen mejor.

Ah.

Estupendo.

O sea, se oyen mejor de calidad.

O sea, no.

Se oyen más bajitos, pero por lo menos no hay… O sea, se oyen peor de calidad, pero no hay interferencias.

Los otros se oyen muy bien, pero… Y estos se oyen bastante mal, así que igual me dices algo y no te oigo.

Vale.

Yo pondré cara de que te estoy escuchando y ya está, ¿vale? Claro.

Como siempre.

Espera, me quito uno, tío.

Si me agobian mucho estos auriculares.

Ya que vamos mal de tiempo, podríamos empezar ya.

Hola, ¿qué tal? ¿Cómo estáis, chicas, chicos? Este programa regular, regular porque va a salir regular, ya lo sabéis.

Carlos está en un nuevo emplazamiento, que es su zulo, su armario de ocasional, ¿no? Cuando te vas de vacaciones te metes en el armario este y desde ahí vas a hacer este programa, que esperemos que nos salga bien.

Es prontico de mañana.

Espérate, me voy a poner un poco a tu nivel.

Me voy a rebajar a tu nivel, Carlos.

Ah, pues estábamos… Sí, vale.

Sí, ya no puedo rebajarme más.

Quiero decir, la silla no da para más.

Pero ya sabéis, os damos la bienvenida a este programa que va a ser el último regular un poquito durante los próximos días, ¿no? Por temas de vacaciones y tal.

La pregunta es si vosotros que estáis al otro lado notaréis la diferencia, porque efectivamente yo estoy hablando con Xavi ahora mismo.

Xavi, hola.

Ahora te pregunto qué tal.

Pero yo físicamente creo que estoy o bien en Copacabana, la Copacabana boliviana, o bien en el desierto de Uyuni, o sea que… Hostia.

Vale, vale.

¿Dónde estoy? Vale, vale.

Pues el espíritu de Carlos sigue aquí, pero el cuerpo ahora mismo está ahí, según estáis en vuestra realidad temporal.

Hay varias Copacabanas, entonces.

Eso parece.

Yo no lo sabía.

Yo pensaba que era Copacabana.

Dicen, sí, pero no la de Brasil.

Digo, ah, que hay… Pero la de Copa, Copacabana… ¿Esta cuál es? Imagino que es la de Brasil.

La buena, ¿no? Sí.

No, no, que la tuya va a ser buena también.

Ay, espera, voy a echarme un poco de luz.

Bueno, entonces, iba a preguntarte qué tal estás, pero bueno, ya intuyo que bien.

Probablemente esté muy bien, sí.

Con un mojito en la mano, ¿no? Lo que sea que se tomen esos lares.

Sí.

¿Y tú qué tal? ¿Cómo estás? Muy bien.

Bueno.

Muy bien.

Mantenemos esto.

Muy bien, muy bien.

Sí, sí, sí.

La semana pasada lo dije.

A partir de ahora todo bien, todo guay, todo chill.

Chill de cojones.

¿Bien? Ya ha pasado, ¿no? Los chill de cojones ya son de anteayer, ¿no? Yo creo que sí, yo creo que sí.

Estoy muy bien, Carlos.

Estoy muy bien, estoy muy bien, muy bien, muy bien.

Bueno, vamos a hacer el programa, tú.

Antes de que caiga la farsa, antes de que caigan las máscaras y la gente descubra la realidad.

Tenemos cosinchis, ¿no? Para hoy.

Sí, tenemos varias cosas.

Un par de pelis, un par de libros, un videojuego y un cómic.

Mira, justamente vamos a empezar por el cómic.

Pues sí, empezamos por cómics y empezamos por la nueva obra como autor completo de Miguel Vila.

Digo como autor completo porque la última vez que hablamos de Miguel Vila fue poco y mal porque fue en nuestra lista de los mejores cómics del año pasado.

Colamos uno.

Y cuando digo mal es porque dije que estaba muy guapo pero no me acordaba mucho, ¿vale? Un cómic un poco complejo.

Era Fortaleza Volante, un cómic que escribió o que dibujó para el guión de Lorenzo Paloni.

Pero ahora vuelve como autor completo Miguel Vila que es este autor de Padua.

Es Padua, ¿no? Sí.

Tú que eres ministro en asuntos italianos.

Padua, lo he dicho.

En italiano es Padopa.

Ah, ¿ves? Ahí estaba el fallo.

Vale, Padua es en castellano, ¿no? Exacto.

En español.

Vale, pues Padua, Padua.

Ya lo habíamos leído por aquí.

Hemos leído sus Padualand y Dulce de Leche, que eran dos cómics bastante de coña, que hablaban sobre juventud de Padua.

El tío es como muy localista.

Y en este Comfortless, pues, no sé si se explicita que todo ocurre en Padua pero también podría ser.

El tema es que es una sucesión de vidas cruzadas de unos personajes en la pandemia y en esa cosa que nunca me acuerdo cómo se llama.

Creo que mi cerebro lo borró.

¿Cómo se llama el encierro, la reclusión? ¿Cómo? ¿La cuarentena? No, no, no es cuarentena.

¿El lockdown? ¿No era cuarentena? Hay una palabra específica que usamos mucho en esa época y creo que de tanto usarla la gastamos.

Dejadnos en los comentarios, ¿vale? Haced de rayo un poquito y nos decís cuál es la puta palabra.

Es una palabra que usamos a diario, varias veces cada día en aquella época.

Bueno, es igual.

¡El confinamiento! ¡Ah, amigo! ¡Cierto, cierto! ¡Ay, lástima! Ya no lo podéis dejar en comentarios.

O podéis hacer la de dejarlo en comentarios.