30.05.2025 Debajo del puente b612m

Muy buenos días, gracias por estar aquí. Pensar que el intérprete y autor de la sintonía de este espacio dedicado a la historia de nuestro país va a estar mañana en Villafranca es ciertamente emocionante. Así es que ya de paso recordamos mañana ese segundo encuentro de creadores valores con arte. Pedro Pastor estar aquí, hay que ver, es una cosa que nosotros, Pedro Guerra, perdón, estará aquí con nosotros y nos acompañará.

Llegado, bueno, no sé de qué punto, igual de Canarias, pero igual no, en cualquier caso él estará en ese encuentro mañana en el Colegio San José. Y hoy con nosotros Reyes González que por estas cosas de la vida y del calendario pues lleva un mes de mayo, menudo mes de mayo, de vacaciones. Reyes, que tú no las habías pedido, pero que te las habías encontrado.

No las había pedido, pero esta empresa es tan generosa que me ha permitido, en fin.

Pues esto, disponer de unos cuantos jueves. He echado de menos no venir, las cosas como son, porque echar aquí el rato pues se está muy a gusto. Bien, pues eso nos gusta. Y espero yo contribuir con algo a esto de la historia, la divulgación de la historia. Efectivamente.

Qué páginas importantes, por cierto, hemos tenido en los últimos días en Reyes y también te podíamos ver como público asistente a esa conferencia de alguien a quien conoces bien, Alonso Rodríguez Díaz, un señor doctor en historia por la Universidad de Extremadura, además profesor de prehistoria en la Universidad de Extremeña y sobre todo un amante de la investigación de ese mundo que se encuentra ahí en esos yacimientos en los que sigue investigando y de los que sigue dando cuenta. Efectivamente, Alonso Rodríguez Díaz, que está investigando prácticamente desde que empezó la carrera, allá por el año 79.

Lo recuerdas bien, ¿verdad? Sí, porque somos compañeros, amigos y además nos queremos mucho y él siempre estaba ahí. Él hizo prehistoria y las especialidades de prehistoria y bueno, la verdad es que es un hombre muy válido y ya lo pudimos degustar el otro día en el museo, en su charla sobre los asentamientos que hoy genéricamente se llaman tartésicos, pero que tienen mucho que contar. Ilusiones y espejismos de esas casas, de esas edificaciones, de esas casas aristocráticas, sobre lo que versaba su conferencia.

Bueno, Reyes, nosotros no creas que nos hemos olvidado que estamos aún dándole vueltas a la época de la restauración, no lo creas, no nos hemos olvidado, pero tú nos vas a refrescar la memoria. Sí, aquí también esto de las casas aristocráticas nos lleva también a que no se pierda casi nada de tartesos, pero que luego se ha ido recuperando a lo largo de la historia en diferentes épocas para mantener el poder sobre todo. Sí, es importante esto.

Y también en el XIX, que es donde nos situábamos, recordamos que habíamos empezado el análisis de la restauración, ese periodo complejo para algunos historiadores simples, pero muy complejo, además con una profundidad extraordinaria. Y nada, nos habíamos quedado precisamente, pobrecito él, en la muerte de Alfonso XII. Alfonso XII, el de María de las Mercedes, que desgraciadita fuiste, pues María de las Mercedes era su esposa, el rey en viuda, sin descendencia, y en este momento nos quedábamos.

Precisamente en 1885 muere el rey que había enviudado de María de las Mercedes, pero se casó con María Cristina, decíamos aquí en el programa que los españoles le llamaban Doña Virtudes. En fin, era una persona centroeuropea y que un poco así, podríamos decir en un lenguaje muy nuestro, muy fiesa. Sí, muy germánica, digamos. Y desabrida. Y sin embargo, fue un momento que en 1885 estaba la cosa tranquila en España, aunque el refrán nuestro es ojos que no ven, corazón que no sienten, con lo cual como el español ya tenía bastante compasión.