398.5 Los inmamables 6q5t16

No necesitamos ser modestos.

Yo no soy vanidoso, y bien sabe Dios que me sobran motivos para ser honesto.

O sinceros.

¿Por qué me dio boleto? Porque soy chiquito.

¿Cuántos años tiene? 12.

No, sáquese.

Tampoco ecuánimes.

Dijo...

De Napoleón, que francamente estaba abusado para la toma esta del plan de Aguascalientes.

Entonces dijo muy bien un...

Pancho Villa.

Ni tantito valientes.

Dulce, mamachita.

Y mucho menos guapos.

¡Ay, madre! Solo necesitamos ser...

Debe ser horrible tenerme y después perderme.

Los Inmamables.

¡Comenzamos! Buenas noches.

Muy buenas noches, días, tardes, madrugadas.

Tengan todos ustedes bienvenidos a una emisión más de Los Inmamables.

Aplausos, chingos bles.

Hartos bles.

¿Cómo están? ¿Cómo andan? Espero que estén bien.

Les están pasando bonito.

Es jueves santo.

Mañana viernes santo.

Luego el sábado santo.

Y agárrense domingo santa.

Semana santa.

¿Ya compró todo lo que iba a comprar en la semana? ¿O el fin de semana? Porque ya después no va a encontrar nada abierto.

Todo depende de qué tan católico sea su población.

Aquí en Chihuahua son muy muchos, muy católicos.

Ya no encuentras cosas abiertas.

No sé en Cancún.

Angel del Angel.

No sé cómo está ya.

Aplausos al Angel que ya está aquí con nosotros.

¿Qué onda, qué tal, mi hermano? ¿Cómo estás, Angel? ¿Cómo andas? Bien, hermano. Bien acá.

Chinándole todavía.

Pero muy gustoso de llegar a una emisión más de Los Inmamables.

Buenas noches a toda la banda chica que acaba de llegar.

Que llega tempranito.

Que llega aquí y pone su chancla, Alan.

Como en la cola de las tortillas.

Yo cuando ya he tenido un chingo de huevo estar ahí parado.

¿Qué haces? Formas la chancla.

O si no, formas el bonito bote donde te vas a llevar tus tortillas.

Porque es lo que ocurre en el noventa y ocho, noventa y cinco por ciento de la República Mexicana.

Que es República de la Banana.

Y pues acá, viviendo la semana santa.

Todo lo que da.

Sí, sí, he tenido chambas.

Sí, sí, voy a estar trabajando yo en estos días.

Sí.

Pero pues ayer, ayer sí dije, no, a la chingada.

Si no me van a dar, aunque sea medio día, por ahí del viernes, del sábado, pues el miércoles me lo tomo.

Estoy ahorita ando bien requemado porque me fui a disfrutar un bonito day aquí en un hotel.

Pero sí ya me hacía falta, ya necesitaba un pinche, una pinche distracción, una estirada de piernas, una pinche remojada, como no, aspirar agua por la nariz un poquito.

Sí.

Para sentir que uno está viviendo aquí, efectivamente.

¿Tú cómo estás, mi Alan? ¿Qué pedo? ¿Qué tal te pinta el regreso de Jesus en tu corazón, hermano? Fíjate que estoy.

¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡No mames! Verás, pues, esto es el pedo.

Este, fíjate que yo estoy ahorita en un punto donde abro mis brazos y mi corazón a Jesús.

Soy Cristo, amigo. Soy Cristo.

Sí, ya llegó el momento en la vida de uno que se apegue a la religión, amigo.

Porque pues, no mames, en Nintendo uno no se puede, no se puede cobijar.

En los monos chinos, tampoco, güey.

Que las cosas.

Bien harto.

Que en las cosas palurdas los hacen jotos.

O sea, ya no puede uno hacerse nada.

No se puede uno cubrir en nada, amigo.

¿Y qué es lo único que ha estado estable toda mi vida? Soy Cristo.

Él te juzga todo el tiempo.

Entonces, está bien, güey, como la familia.

Entonces, te sientes chido.

Pero...

¡Estoy bien, güey! Dice, no los veo con su cruz de ceniza.

Inconversos.

Pero ese es el miércoles de ceniza, pendejos, ¿no? Ya pasó, ¿no? Y yo, Siris, ni sabe cómo está de piedad, güey.

Es lo que está chido, güey.

Es lo que está chido porque nos vemos todos los clichés.

Pero ni idea de cuándo, ni cómo, ni por qué, ¿no? Eso pasa como un mes, culero.

No mames.

Y todo te apunta, ¿no? Así con la cara.

Así de, ¿cómo te atreves a venir así, hijo de tu puta madre? No mames, güey.

Quería convivir, dice.

Ay, hablado de Siris, no mames.