4x33 - Los demonios de Loudun - Academia de los Nocturnos 36t65

En la ciudad de Valencia, entre 1591 y 1594, cada miércoles por la noche se reunía, clandestinamente, un grupo de intelectuales para tratar asuntos de diferente temática.

Eran conocidos como la Academia de los Nocturnos.

Cuatro siglos después, Félix Friaza vuelve a abrir las puertas de la Academia para compartir con todos vosotros y en compañía de otros académicos nocturnos conocimientos, misterios y sabiduría popular ancestral.

¿Te atreves a cruzar la puerta? ¿Quieres formar parte de la Academia de los Nocturnos? Adelante, no te lo pienses.

Empieza a descubrir y compartir vivencias.

Pero deja atrás todos tus prejuicios.

Solo así podrás ser conocedor y partícipe de lo que encierran estas puertas.

Sed bienvenidos.

Buenas noches, bienvenidos y bienvenidas una semana más a la Academia de los Nocturnos.

Ay, qué caso, qué caso tenemos esta noche para contar.

Es un caso, es un caso tremendo, es un caso tremendo de histeria colectiva.

Probablemente es el caso más famoso de posesión diabólica colectiva, como decía antes, ¿no? Pero bueno, antes de seguir con todo este tema yo creo que voy a dar paso a a lo de siempre, a lo de todas las semanas.

Voy a recordaros quienes formamos el equipo de la Academia de los Nocturnos.

Laurayana Cárdenas en locución, Paco Cárdenas en edición y sonido.

El gran amigo Álvaro Anula y su enclave de leyenda.

Y el no menos grande, literalmente, Javier Resines con su Caminando entre Monstruos.

Y la no menos grande, y sabéis de quién hablo, Lola Velasco.

Buenas noches, ¿qué tal, cómo estás, moza? Muy buenas noches, feliz. Pues nada, aquí está otra vez esta humilde becaria con ojeras de biblioteca, una linterna cerca y nada, lista para otra noche de enigmas y voces entre las sombras. ¿Tú también? Pues sí. No, yo no, yo no. Eso ya te lo dejo todo a ti.

¿Qué quieres que te diga? Eso por preguntar.

Por preguntona.

Yo me voy a limitar nada más que a hacer cafeteras de café y ya está, proveerte de café y tú ya te...

Con poquito soy feliz.

Ya, ya, sí, ya lo sé que sí. ¿Con o sin azúcar? Con, con, con.

No, no, el café se toma sin azúcar. Un buen café es sin azúcar.

¿Qué somos, bomberos o enfermeras? Yo enfermera, con azúcar.

No, no, no, yo entonces yo seré...

Bombero.

Bueno, pues bombero, si tú lo dices.

Hoy vamos a tratar un tema, Lola y yo, de histeria colectiva.

Yo también lo podría llamar así, ¿eh? Una histeria colectiva, ¿no crees, Lola? Sí, la que se lió en torno a todo ello y todo lo que movió en diferentes ámbitos.

Sí.

Vamos, no se quedó, no pasó por encima en ese momento.

No, no, que va, que va.

Tocó todo, tocó el tema, la parte psicológica en general, de toda la población.

Sí.

Políticamente, también, porque bueno.

Y religiosamente, sobre todo.

Y donde más mella hizo fue en la parte religiosa, demostrándose el poder de la narrativa demonológica.

Sí, totalmente.

Como herramienta de control.

Pero bueno, vamos a poner un poquito en antecedentes a los oyentes.

Hubo un caso, ¿no? Este caso, ¿no?