#50: soplamos las velas con BALBISIANA 664313

Yo llego a un momento en el que no puedo pagar el alquiler ni la compra.

Yo me acuerdo que lloraba todos los días.

Estaba haciendo lo que se esperaba de mí, que era ser una hija ejemplar trabajando en cuatro casas.

Empecé con una doble vida, me levantaba a la una de la mañana, me hacía las tartas y luego volvía al despacho.

Un 6 de enero, el roscón es sagrado.

El teléfono empezó a sonar, llorando al teléfono, cogiendo el teléfono a los clientes.

Pensé, de esta no salgo.

Murió mi madre, entró como en un shock postraumático.

Los préstamos empezaron a cobrarse, las tiendas no estaban abiertas y aquello fue el acatumbe.

Muchas veces la gente no sabe lo obvia que estás, lo mal que lo pasas, el no llegar a fin de mes...

O el potencial que puede tener.

La gente se cree que se puede con todo y no se puede.

Trabajar con personas, ¿eso qué tal lo has llevado? Ha sido un reto el poder comunicarle a la gente nueva que entra esta pasión y este esfuerzo y esta historia que hay detrás.

Cuando creces ese romanticismo del mano a mano se pierde y es muy difícil de transmitir.

Mirad, qué bonita.

Con 150 más.

Venga.

Hola, hola y bienvenidos a un nuevo episodio de Tómatelo con Vino.

Episodio 50.

Estoy emocionada.

Ya estaba emocionada en el 49, que fue el anterior, y ya el 50 porque no sé vosotros pero yo soy muy...

Tenemos los redondos y números pares.

Yo también.

Pero diría que el 90% de las personas...

O sea, existe gente de números impares pero es raro que alguien vaya a subir el volumen de la tele y ponga un impar.

Tendríamos que hacer una encuesta.

Ya no solo con el volumen de la tele, mirad qué tontería, pero en todas mis fotos cuando las edito, con los programas de edición, ya sea sombras, saturación, contraste, siempre lo dejo en números pares.

Sí, sí, yo también.

Con todo, con todo.

Tiene que ser pares.

Y mi número favorito es el 2.

Así, como dato.

Como dato.

Yo diría que el mío es el 8.

Pero, oye, antes de empezar el episodio, si me gustaría hacer un momento de apreciación a esto de 50 episodios.

Ya dijimos en el anterior episodio que las estadísticas hablan por sí solas que el 90% de los podcasts no llegan al episodio 21.

Y hemos ya pasado el...

O sea, es que ni siquiera el 21.

Hemos pasado mucho más del ecuador, ¿no? Sí, sí, muy fuerte.

Yo estoy emocionada porque...

Ya lo comentamos en el anterior episodio, ¿no? Hay muchas veces que cuando se trata de un proyecto de un influencer, siempre...

Quizás se perjudica un pelín más, ¿no? Porque conoces, ¿no? No tienes ese desconocimiento de que quizás se sorprenda, ¿no? Y juzgas, y yo creo que mucha gente pensó que quizás esto no se prolongaría en el tiempo, ¿no? Como lo ha hecho.

Y yo desde aquí quiero agradecer el cariño y lo fieles que sois.

Y de verdad deciros que nos ha sorprendido mucho y de manera muy grata la buena acogida, el cariño con el que nos escribís, que es brutal, o sea, es que yo no lo he tenido...

Quizás sí lo he tenido en mis redes sociales a modo personal, pero como me habéis visto quizás más humana, ¿no? Más real, más normal en el podcast, ahí lo he recibido de otra manera.

O sea, puede que antes igual yo creo que los mensajes que os llegan como influencers a lo mejor son más superficiales.

Sí, comentando el look o...

De dónde es la falda, de dónde es el top, de dónde es el maquillaje, dónde estás, cuál es el restaurante, pero no tanto el gracias por acompañarme, gracias por X o como me gusta.

Siento que sois mis amigas muchas veces, ¿no? Y también creo que esto, esta crítica tan buena y de manera constructiva, que no siempre ha sido favorable y que nosotras creo que de esa crítica no favorable hemos ido también a aprender, creo que también nace esas ganas, de decir yo, de intentar siempre mejorar, de seguir acompañándoos porque realmente vemos que aportamos, ¿no? Quizás nuestro granito de arena.

¿Al mundo? Lo hacemos un poco mejor.

Así que...

Y bueno, y también que intentamos ser fieles a nosotras mismas y esto lo digo porque, lejos de que cada vez abriéndonos más hayamos sido más crítica, creo que ha sido incluso al revés.

Al revés.

El de, oye, pues yo igual no pensaba en esto y de repente le voy a dar una vuelta.

Siempre digo, ¿no? Que hay que ser quizás un poco más abiertos de mentes, ¿no? Hoy traemos a una invitada muy especial.

Siempre lo decimos, pero bueno, empezamos el episodio y el podcast con una persona y una historia de emprendimiento que yo tenía muchas ganas de traer.

Llevaba tiempo, ¿no? Quizás diciéndotelo.

Sí.

Y bueno, nuestra invitada de hoy dejó los bufetes de abogados por emprender su propio negocio y es la fundadora ICEO de una de las pastelerías que seguro habéis escuchado muchísimo hablar en los últimos años.

Ella es Paula Balbiano y estamos hablando de Balbisiana.

Muchas gracias por invitarme.

Gracias, Pauli, por venir.

Encantadísima.

Muchísimas gracias.

Estábamos, teníamos muchísimas ganas porque...

Lo hemos dicho mucho porque yo al final, no, al final lo hacemos toda familia, pero consumo mucho y voy mucho a Balbisiana desde llegar aquí, lo quiero decir, porque es verdad.

Entonces, bueno, gracias, Pauli, por venir.