8X113 (23/04/2025) Hay Alguien Ahí…y divertidas, oscuras y macabras 1y6ip

Son las tres, las dos en Canarias.

¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Buenas tardes y bienvenidos un día más.

Venimos de una Semana Santa completa y con todo el revuelo de la trágica muerte del Papa Francisco y la parafernal iconográfica que se va a montar con el conclave en las próximas semanas, hemos desviado la mirada radicalmente de otra de las noticias más tristes de las últimas semanas y de los últimos años, la modificación de la Ley de Igualdad de 2010 en el Reino Unido.

Está claro que los británicos sentían recelo de la represión trampista hacia las personas trans desde inicios del 2025 y no podían quedarse atrás en la carrera por el imperialismo y la discriminación hacia colectivos minoritarios.

El pasado 16 de abril, cinco jueces del Tribunal Supremo Británico decretaron por unanimidad que las cláusulas que interpretan qué es una mujer y un hombre en la aplicación de la ley deben estar determinados únicamente por el sexo biológico, independientemente de que las personas trans tengan un documento oficial que reconozca su identidad.

El sexo biológico, en su más pura definición, es un batido de cromosomas y hormonas que determinan lo que conocemos como sexo observable y que se emplea para identificar la apariencia de unos genitales e inscribir en un registro en letra M o F el día que nacemos.

Dadas las circunstancias y teniendo en cuenta que el Reino Unido decreta como ilegal el certificado de identidad de género que permite que los individuos reconozcan el propio y puedan modificarlo en sus registros oficiales, a partir de ahora la asunción de que una persona sea hombre o mujer se hará en función de su apariencia externa exclusivamente.

Uno de los principales focos de estas modificaciones es el papel que jugarán a partir de ahora ya no solo las personas no binarias, que quedan para variar en el limbo y purgatorio de derechos y libertades humanas, sino también las mujeres trans en espacios no mixtos, ya que legalmente deben ser tratadas según su sexo asignado al nacer, será posible que las mujeres trans sean expulsadas sin represalias de baños femeninos, por ejemplo, forzadas a compartir espacios con hombres simplemente por la feminidad o no de su apariencia física, o ser sometidas a registros policiales por individuos acordes a su sexo asignado al nacer, entre otras barbaridades.

Apoyados además por un primer ministro que ha afirmado que no considera que las mujeres trans sean mujeres, el Tribunal Supremo del Reino Unido de la Comunidad en general vuelve a carecer de derechos y ha vuelto a poner en el centro del pelotón a las mujeres trans, dificultando una experiencia vital compleja de por sí y facilitando la normalización de la discriminación y violencia hacia sus personas por el simple hecho de existir, como si obligar a una mujer trans a usar un baño masculino fuese a revertir los 5.000 casos de homicidio ocurridos dentro de la comunidad trans desde 2008.

Está claro que nunca van a ser suficientes los delitos de odio contra las minorías preparadas por el mero hecho de existir para que nos demos cuenta de que los derechos de la comunidad trans son derechos humanos, que las únicas personas capaces de zafarse aleatoriamente de una paliza por su apariencia física son las que disponen de medios económicos para cambiarla y que un papel no determina quiénes somos como personas.

Las mujeres trans son mujeres hoy y todos los días del año.

En las tardes de Inforadio hay alguien ahí con Elena Pamplieva.

Chicos, lo echábamos todo de menos.

Yo, por supuestísimo, a la que más volvemos con los miércoles de cine con Bésame, director, con Joan Riba.

Continuamos, por supuesto, con mi dosis semanal de música de mujeres, espero, con Claudia Gómez en la nota.

Tenemos un nuevo reclutamiento porque nadie se resiste a este día maravilloso con Voltergeist de Andrea Rodríguez.