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Autopsia de la Psyche, bienvenidos.

Hola, qué tal amigos, buenas noches, bienvenidos a su programa favorito, Autopsia de la Psyche, y hoy está el equipo completo, me da mucho gusto eso, amigo Juanma, muy buenas noches.

Qué tal animado, Marcito, cómo están, bienvenidos, queridos Autopsios, es un gustazo estar con ustedes nuevamente en un tema que está interesante y es algo que, este, pues, creo que tenía mucho tiempo que no escuchaba de él, y ahora que lo trajeron a colación nuestros invitados, o uno de nuestros invitados, me llamó mucho la atención, así es que quédense porque se va a poner bien bueno. Así es, amigo Marc, muy buenas noches.

Ánima, Juanma, invitados a los cuales presentaremos en algún momento, muchísimas gracias por estar aquí con nosotros, es un verdadero placer cuasi orgásmico, este, satelital y místico el que podemos estar así. Es que hoy tenemos una conexión, este, con los satélites rusos. Hoy tenemos una conexión papal.

Papal, oye, sí, ahorita vamos a tocar un poquito ese tema porque está bien interesante la cuestión papal, y vamos a hablar incluso hasta de algunas profecías por ahí, algunos temas, este, lo de San Malaquías, lo de Parravichini que está, pero, híjole, de verdad, da miedo, mira, hasta los, mira, mira, mira, mira, de lo que he leído en estos días está, está cañón, y bueno, pues, queridos Autopsios, gracias por estar con nosotros. Y hoy el búnker está.

Y hoy el búnker trae una energía, hay lluvia, es de noche, es viernecito. Ya oímos a la niña. Escuchamos a una niña, este, yo decía que era la, la, la Bonnie. No chille, aguante, aguante. No chille. Precisamente estamos hablando de Bonnie cuando. Se oye un ruido, como, como un ah. Bueno, ok. Sonidos del búnker, bienvenidos, queridos Autopsios, y la verdad es que hoy va a estar este programa super caca cucu.

Y presentamos a los invitados, ánima. Bueno, aquí de este lado tenemos a un gran amigo, a Osvaldo. Osvaldo que, yo no sé, por asares del destino nos hemos encontrado en todos los pinches, hasta en el simulacro que salimos corriendo. Corriendo ahí como, aplicamos nuestro plan de contingencia de Uto el último. Como gallina sin cabeza.

Hasta en esos momentos lo he encontrado y me da mucho gusto que estés aquí, amigo Osvaldo, muchas gracias. No, pues, gracias a ustedes por la invitación, siempre es un gusto compartir mesa con ustedes, los iro, creo que nunca se los ha dicho, los iro muy cabrón, porque. Ni digas eso, porque. Este, tienen un vasto conocimiento de un chingo de cosas y a mí me gusta eso, ¿no? Me gusta, este, aprender de gente como ustedes y repito, es un honor, este, estar sentado con ustedes. Un honor. Muchas gracias. Gracias por los elogios, ¿no? Inmerecidos, la verdad, pero gracias, gracias.

Y traemos un invitado, que ya había querido venir él, me comentabas varias veces, pero por X o por Y no se había podido. La conexión estaba por el lado de Bonnie, luego con el lado de Iván y afortunadamente tuvimos oportunidad de ir a una obra de teatro de, que se llama El secuestro de Amesqua. Sí, exactamente. Amesqua lo conozco no por el teatro, lo conozco por la lucha libre. Yo trabajaba en la revista Guerreros y yo era, yo trabajaba en box y lucha, no, en box y lucha y luego en super luchas y éramos, acérrimos enemigos, después tuvimos una muy buena amistad.

También es amante de la lucha. Así es. También estuvo subiéndose un rato al ring. Ajá, sí, sí, lo comento. Amigo River, muchas gracias y bienvenido. Gracias, para mí es todo un honor. Se indica que tenemos una aquí y una ahora. No hay momento establecido ni preestablecido, sino todo se da cuando tiene, cuando tiene que ser. Las conexiones son, son muy fuertes y creo que a partir de este año, de este dos mil veinticinco, se vaticinan muchas cosas con, con los cambios que hay.

Pero también hay un despertar muy, muy grande y también se llama a todas estas conciencias, a todas estas semillas que empezaron desde el dos mil veinte a darse cuenta de cuál era su punto dentro de, dentro del cosmos y cuál era su este, lo que tienen que venir a realizar. Haciendo un paréntesis, mi hermano falleció en el dos mil veintitrés. Él era escéptico, él era físico, sin embargo, a partir de su muerte, yo he tenido un o muy, muy fuerte, muy fuerte con él. Se presenta de diferentes, de diferentes maneras en una cuestión energética muy este, muy grande y, y bueno, creo que a partir de lo que sucede después de la muerte, hay todo una, hay todo un universo de conocimiento, de reencontrarse y de comunicación. Y una forma...