
Descripción de Ansias de placer. Capítulo 2 12353z
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Hoy presentamos, Ansias de placer.
Capítulo 2 Estaba tocándote el culo bajo el vestido, dije animándola a que continuara.
Ah, vale. Pues me dio un buen sobo en el culo mientras le pajeaba lentamente. Después metió la mano por detrás, entre los muslos, haciendo que abriese más las piernas.
Estaba nerviosa, pero muy excitada, y cuando noté uno de sus dedos en el chochito las piernas me temblaron y dejé de pajearle, pero sin soltar la polla, más bien la apreté con más fuerza.
Tranquila, relájate. Esto te gustará.
Me susurró con voz suave y tierna mientras accedía con sus dedos en el interior de mis bragas. Hizo que me inclinase más para poder llegar bien con la mano y noté como entraba un dedo entre la raja.
Con la inclinación, su polla había quedado más cerca de mi cara y la miré con ansiedad. Realmente no sabía lo que quería, tan solo la sujetaba con fuerza entre mis dedos, y me volvió a susurrar.
Dale un besito. Me incliné más y posé los labios sobre el reluciente glande.
Paró para mirarme a los ojos. Desde luego no era una polla como la tuya. Si hubiese sido tan grande, no sé si me hubiera atrevido. Lo cuentas muy bien. Me está encantando.
Volvió la vista a mi endurecida polla, que la seguía sujetando entre sus dedos, y besó el hinchado glande. Así lo hice, jajaja. Me hizo gracia y yo también me reí y continuó.
Su dedo penetraba cada vez más en mi chochito y mi excitación iba en aumento. El leve beso en el glande me había sabido a poco y volví a besarlo sin que me lo pidiera, pero esta vez abriendo más los labios para rozarlo con la lengua. Noté un sabor algo fuerte, pero me agradó.
Me animó a que siguiera acariciándome el pelo con una mano mientras con la otra seguía toqueteando mi chochito. Poco a poco fui abriendo más la boca y dándola mías más grandes.
Noté su excitación y eso aumentó la mía. Sus dedos toquetearon el clítoris y al momento sentí como me mojaba con las piernas totalmente temblorosas, pero seguía con la polla en mi mano, como si la hubiesen untado de pegamento. «¿Te ha gustado, eh, guarrilla?» Me dijo en un tono tierno y simpático. Asentí con la cabeza sonriendo. Había sido un orgasmo mucho mejor de los que había tenido las pocas veces que me había masturbado.
Abrió el coche e hizo que me sentara en el asiento del acompañante mirando hacia afuera. Él se puso de pie, frente a mí, con la polla tiesa muy cerca de mi boca. «Así estarás más cómoda». Me susurró de nuevo a la vez que ponía su mano bajo mi barbilla y pegaba el glande contra mis labios. Abrí la boca, inconscientemente, y me lo introdujo con suavidad. Comencé a chupar como se me ocurrió, porque nunca lo había hecho, y me fue dando indicaciones de cómo tenía que hacerlo.
No me costó mucho meterme la mitad de la polla, pues no la tenía muy grande, y al sentir toda esa carne dura adentro, me di cuenta que estaba disfrutando y que aquello me gustaba. Paró para darme un par de chupadas en la polla, como si lo estuviese reviviendo, y me supieron a gloria. Le agarré la base de la polla con una mano y con la otra comencé a sobarle los huevos, como me había indicado, y empecé a chupársela con ahínco.
Quería hacerlo bien, y no me costó pues me estaba encantando. Me avisó cuando se iba a correr, pero al sentir el semen por primera vez en la boca, me dio una arcada y la polla salió de mi boca soltándome la leche por la cara y parte del vestido. Se disculpó y me dio unos pañuelos húmedos para que me limpiase. —¿No te ha gustado el sabor? Me preguntó con ternura.
Le dije que no era eso, que lo que me había pasado era porque no me esperaba esos escupitajos de leche, jajaja. Alargó la mano hasta la mesilla y dio otro sorbo al whisky. Lo dejó y comenzó a reírse. —¿Qué pasa? Pregunté sin entenderlo. Me estoy acordando de mi madre. Si se entera de las cosas que hago y de lo putita que soy, le da un infarto, jajaja. Me interese guía en la historia y le pregunté. —¿Ocurrió más veces? —Sí, claro. Al día siguiente, cuando fui a darle otra clase a Lucy, ya solo pensaba en acabar para volver a estar con su padre. Cuando acabó.
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