"ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA"; análisis introductorio 1m3i2

A diferencia de las sesiones pasadas, en esta ocasión vamos a trabajar a Niche de diferente manera. Siempre al inicio de cada sesión les doy un poco sobre la historia del libro, la justificación para leerlo, un poco sobre la historia del libro del autor, pero en esta ocasión vamos a hacer eso solo que hasta el final y vamos a empezar a explicar cómo funciona este pensamiento de lleno a este.

Les voy a ir explicando en la editorial que tengo es Editorial Emo, Escritores Mexicanos Unidos. Esta es la portada. Como es un idioma que es un poco más conocido en traducciones y del alemán a esto llegan a haber variantes por supuesto. Entonces, pero a diferencia de estos idiomas es un poco más menos conflictivo.

Les voy a leer los párrafos, algunos, por supuesto, no todos de los tres primeros puntos del capítulo 1, que es el prólogo a Zaratustra. Y precisamente en el párrafo número 1 dice cuando Zaratustra tenía 30 años dejó su patria y el largo de su patria y el lago de su patria y se marchó a las montañas. Allí gozó de su espíritu y de su soledad. Durante 10 años no se cansó de hacerlo, pero finalmente su corazón se transformó y una mañana se levantó con la aurora, se puso delante del sol y le habló.

Y empieza a narrar Nietzsche como le habló Zaratustra al sol. Esto, ¿cómo vamos a analizar este libro? Es un libro lleno de n cantidad de simbolismos, como muchos de los autores filósofos occidentales. Es más complejo todavía una obra de Nietzsche que los diálogos de Platón, pero a lo largo del tiempo en que hemos estudiado esto puede llegar a facilitarse un poco más. Más adelante, dentro de ese diálogo que le hace al sol, al astro-sol, repito que es muy significativo esto, dice, mira, estoy hastiado de mi sabiduría.

Como la abeja que ha recogido demasiada miel, necesito de manos que se extiendan abajo. Me gustaría regalar y repartir hasta que los sabios entre los hombres de nuevo gocen de su locura y los pobres de su riqueza. Para ello debo sumirme en la profundidad, como haces tú al atardecer, cuando transpones el mar llevando tu luz incluso al submundo, sol exuberante. Debo, al igual que tú, sumergirme en mi ocaso, como dicen los hombres, a quienes quiero descender.

Bueno, aquí nos habla sobre una persona que reconociendo su sabiduría, un maestro, y aquí viene algo muy interesante, en el común de la idiosincrasia de lo espiritual, lo abordamos cuando trabajamos el inciso de espiritualidad, ciencia y religión, la gente llega a considerar que el maestro es maestro por su gente, por los discípulos, hasta que alguien lo reconozca. ¿Cuándo? Realmente es inexacto.

Una persona cuando reconoce sus propios talentos, su propio desarrollo, su propio avance, no necesita que alguien más le valide lo que es. Y a lo largo de los contenidos que hemos estudiado, hay un contenido donde hablábamos sobre la maestría, donde en su momento les dijimos que Russell Crowe no estudió como tal un método, el método Stravinsky, me parece. Ustedes chequenlo.

Y le preguntaron, oiga, usted es muy gran actor. Usted realiza el método, este Stravinsky, que es muy famoso entre los actores, y dice ese método, ¿cuál es? Dicen, no, yo practico el método Russell Crowe. Y los presentes se ríen, ¿no? Porque para muchos eso sería ser mamón, soberbio, en el sentido ególatra.

Pero cuando demuestras, y cuando con cierta contundencia, y es que es muy delicado, cuando una persona es soberbia, arrogante, o soberbia en cuanto al valor que tiene y ha demostrado. Y así hay muchos ejemplos donde la cultura, donde los padres, donde nosotros mismos producto de todo eso, nos han enseñado a ocultar nuestro valor,