Ay Jesús! 5j650

No te quieres enterar, que te quiero de verdad. No te quieres enterar, no te quieres enterar.

¡Hola, hola, hola, hola! No vengas sola.

¡Shalom! ¡Mashalom ha! Bunkim habaim lamet, no te quieres enterar.

¡Achabet a iVox! ¡Oh! Ya sabéis, para los nuevos oyentes que se incorporan a nuestra nueva casa iVox, que cada semana doy la introducción en un idioma diferente.

Hola, yo soy Gerón.

Y tienes que adivinar de qué idioma se trata.

Sí, bueno, eso. Hola, yo soy Gerón, para la gente que no me conozca que me quería presentar, ¿vale? Y tú eres...

Gonzal.

Vale, para que nos conozcáis un poquito más. Bueno, yo creo que es un idioma... A ver, vuelve a repetir.

¡Shalom! ¡Mashalom ha! Bunkim habaim lamet, no te quieres enterar. ¡Achabet a iVox! Vale, yo creo que eso quiere... Es una verdad, no es el continente.

Puede decir lo mismo. Hola, ¿cómo estáis? Bienvenidos a No te quieres enterar.

Ahora, he introducido la nueva parte, que es ahora en iVox.

Vale. ¿Me puedes decir, por favor, el país? O sea, el continente.

Si te digo el país, sabes el idioma.

No, el continente, el continente.

Tiene mucho que ver con la época en la que estamos. Todo que ver, de hecho.

Y también con el tema que vamos a tratar hoy.

¿Es israelí? Sí, pero no se llama así. Es hebreo.

Ah, hebreo, eso.

Pero sí, es el idioma, obviamente, de Israel.

Mira, también tiene mucho que ver con el tema de esta semana.

Sí, es literalmente lo que acabo de decir.

No, has dicho que tiene que ver con esta sociedad.

He dicho...

He dicho que tiene que ver con la época en la que estamos y con el tema que vamos a tratar hoy.

Pues eso, que la época en la que estamos.

Ah, pero época de esta semana, estos días, claro, de la Semana Santa.

Ah, sí, yo también estaba diciendo eso.

Claro, pues eso.

Con esta semana, con esta sociedad.

Y con el tema de hoy es hebreo, el idioma de Israel y de la Tierra Sagrada.

Y de Jesucristo.

Y de Jesucristo.

Y no se me ocurría un idioma mejor para introducir el episodio en esta época de Semana Santa.

Espero que todos estéis, si no de vacaciones, aunque sea descansando, pasándolo muy bien.

Me alegro mogollón de que hayáis sacado un ratito para escucharnos.

Es importante decir que ahora que nos hemos mudado a nuestra nueva casa, a iVox, podéis hacer exactamente lo mismo que en Spotify.

Comentar, darle like, suscribiros, activar la campanita para que os notifique cuando subamos episodio.

Y damos las gracias honestamente por el apoyo, porque estamos teniendo muy buena acogida en iVox.

Sumamos mogollón de oyentes nuevos a los que ya teníamos, lo cual nos está incluso sorprendiendo.

Y es que estamos de maravilla.

Estamos como Pedro por su casa.

Sí, de hecho yo he escuchado muchísimos podcasts nuevos gracias a iVox.

Y da gusto este recibimiento.

Sí, nos han escrito mogollón de creadores de contenido de iVox dándonos la bienvenida.

Por ejemplo, este es el primer episodio que subimos íntegramente a iVox.

Porque ya no queremos saber nada de la plataforma de enfrente.

O sea, de la otra no queremos saber nada.

Esto ya está olvidado.

Si tenéis activada la campanita, la podéis desactivar, os podéis suscribir, lo que queráis.

Ahí hay boycott.

Entonces, ahora que somos chicos iVox, pues nos está sorprendiendo.

Porque aparte de nuestros siguientes habituales, estamos sumando mogollón de oyentes nuevos que tampoco sabemos quiénes son.

Pero bueno, nos vienen fenomenal y nos va a ir súper bien.

Espero que los anuncios no se os hagan muy pesados.

Pero también una tiene que sobrevivir.

Y fenomenal.

Nosotros somos de iVox.

Y un argentino os preguntaría, ¿y vos de dónde sos? De iVox.

IVox, ¿de dónde sos? ¿Y vos? ¿De iVox? ¿Y vos? Claro, ahí está el chiste.

Ya, ya, ya, ya.

Un español diría, ¿iVox? Ah.

Bueno, no creo que...