AZUL Y VERDE - Pablo Cambronero, AECID (II) _ Pedro Carmona, AUGC_ Desmantelamiento GRS 8 Canarias. v6t2j

Bien, pues como hemos dicho antes, un paroncito, porque todo lo que nos está contando Pablo Cambronero, a mí se me atraganta.

No me pasa, no me pasa, lo siento, no sé.

Buscando más certeramente el asunto de Marruecos, por ejemplo, Marruecos compro 36 unidades de helicópteros por valor de 3.900 millones de euros.

Y aquí nosotros, los españoles, un golpe en el pecho, les hemos comprado unas ambulancias para... Bueno, así es y además no sólo eso, sino que Marruecos, que se está gastando cantidades ingentes de pasta en monetería militar, resulta que recibe ayuda de cooperación al desarrollo española.

Bueno, la AECID le está dando varios millones de euros anuales, además de todo lo que ya hemos dicho, pues la AECID le está dando varios millones de euros anuales a Marruecos para cooperación al desarrollo. Es decir, estamos dándole dinero a un estado que se lo gasta claramente en material militar y nosotros pues nos creemos que están para, por ejemplo, te leo algunas partidas, empleo verde, equidad, sociedad marroquí de ingeniería turística, que ya lo comentamos. ¿Equidad de qué? De género, bueno, de género, de ecología, género, feminismo, en fin, lo de siempre.

Tampoco nos vamos a quebrar la cabeza. Asociación de Mujeres de Marruecos, Agencia contra el Analfabetismo, todo esto. Hay un montón de agencias, un montón de ONGs, un montón de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que reciben pasta de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo, es decir, del Ministerio de Asuntos Exteriores y luego vemos como Marruecos, pues en vez de dedicar dinero a eso que nosotros le damos para su desarrollo, pues se lo gasta en helicópteros, en fragatas, en submarinos, etcétera, etcétera, etcétera.

¿Somos imbéciles? Esa es la pregunta. La pregunta que suyace todo esto es que ¿somos imbéciles o hay algún interés que nos perdemos? Tenemos una cantidad ingente de dinero en España. Bueno, teníamos.

En España hay dinero y cuando uno empieza a analizar todo lo que se gasta, todo lo que se reparte, pues empieza a salir pasta por todos lados y tú dices, bueno, si una agencia como una agencia, estamos hablando de una de las agencias, de uno de los ministerios, que hay 20 y tantos, del Estado español, reparte la friolera al año aproximadamente de, no sé, en torno a los cerca de 3.000 millones de euros.

Dices, si una sola agencia de un solo ministerio reparte 3.000 millones de euros sin ningún tipo de justificación, o al menos que a nosotros los ciudadanos tengamos derecho a saber en qué va ese dinero, pues imagínate las dimensiones, esto lo pude ver yo también estando en el congreso, de todo el gasto público español.

Y sin justificar que ese dinero se ha gastado o se ha invertido o se ha ejecutado los programas que se han pedido. Claro, porque el Estado puede decir que sí, o la organización puede decir que ha invertido ese dinero ahí, pero el Tribunal de Cuentas no es español, no tiene jurisdicción en esos países, por lo tanto, lo que se manda ahí, el Tribunal de Cuentas, pero el Tribunal de Cuentas, más rarita, chicano, la señora esta, puesta por el PSOE con anuencia del señor Feijo, del PP, debería controlar, decir que sí, el dinero, el asunto este, nuestros amigos de El Salvador, del ayuntamiento ese del agua con perspectiva de escalero, manda huevos.

De Xuchitoto, ahí se me quedó grabado. Un saludo a Xuchitoto, aunque los susillodentes esos, de allí, un saludo. No podemos meterles mano a ellos, pero podríamos meterles mano al que le ha mandado el dinero desde aquí.

Claro, si el problema lo tenemos nosotros, no ellos, porque yo, sabes, uno de los analíticas... Espera, espera, espera, una cosa, y te has puesto en o con Xuchitoto.

Es que eso es lo que te iba a decir. Oye, vosotros, oye, lo del agua, ¿cómo lo lleváis? Eso es lo que te iba a decir ahora y lo que estaba argumentando, es que, realmente, cuando uno es testigo de todo esto, cuando ya tiene los enlaces de Hacienda, cuando ya ha visto todo esto, pues lo que le queda es, ya que el Estado español no contesta nada, pues irnos al Estado receptor. Es decir, nos vamos a El Salvador y preguntamos a esos ayuntamientos, a los periodistas, incluso a la gente.