El buey mudo 12/04/2025 tcm

Estamos a punto de comenzar la Semana Santa.

Mañana, Domingo de Ramos, empieza el período más fuerte para los católicos. Ese tiempo en el que conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo nuestro Señor.

El triduo pascual, donde se concentra el misterio y el sentido de nuestra fe.

Un Dios que se hace hombre, que asume nuestra miseria humana, que nos redime del pecado y que resucita dándonos esperanza en la vida eterna. España, si algo ha tenido a lo largo de su historia, es que ha respondido de una forma maravillosa a la fe. Tan es así que quizá es la única nación en el mundo de la que se puede decir que su esencia, lo que la define, lo que la configura, es la fe católica.

Si uno hace un repaso de la historia de España, se da cuenta que España es una nación que nace de, por y para la fe. Y uno también sabe que lo que más molesta, lo que más rechazo genera en aquellos que odian España, es su esencia católica. Y eso también implica que aquellos que odian el cristianismo, que odian la fe cristiana, odian a España. Y por eso creo que España ha vivido dos grandes momentos en los que se ha puesto en peligro lo que es la esencia de su fe.

O perdón, lo que es la esencia de la nación, la esencia de su ser, que es la fe católica. Uno es durante el siglo XIX, cuando realmente las ideas de la revolución sa y el liberalismo empiezan a introducirse en España. Y por eso, de alguna manera, el siglo XIX resulta tan conflictivo en el conjunto de España. Porque podríamos decir que es un siglo en el que se está intentando cambiar el ser de España.

Y que a su vez, la España que podríamos denominar tradicional, la España que es continuadora de esa esencia católica de la nación, se defiende. Creo, y hay historiadores con muchísima más formación que yo para plantear esta cuestión, pero creo que ese es el eje que explica el por qué el siglo XIX en España es tan convulso y tan complicado.

Porque realmente hay un intento de la revolución, y cuando hablamos de revolución hablamos de ese proyecto político y social de construir una sociedad al margen de Cristo. En el siglo XIX la revolución, envalentonada después del éxito en Francia, quiere tomar España. Y eso será un proceso de permanente conflicto en España hasta, digamos, la llegada a la república, que es como el momento en que la revolución, en este caso ya no liberal, sino marxista y comunista, piensa dar el asalto definitivo. Siempre me gusta recordar esas palabras de Monseñor Retsch, que le escuché en lo que él denomina la catedral de Paracuellos, la catedral de los mártires de Paracuellos.

Y en una de esas celebraciones de la fiesta de los mártires, él decía cómo todo el proyecto político que origina y desemboca en la república