CAFÉ CON PIQUETE 2025 05 21 4p6hv

SICOM RADIO 105.9 PRESENTA El café más rico es el del mediodía.

Un café para platicar, un café para compartir, un café que se disfruta con Ricardo Menéndez Escobedo y Enrique Castro Hermida.

Así que acomódate, porque es hora de servir el café de la radio.

Hora de café con Piquete La canción del rey del corrido Samuelito Margarito Lozano Blancas Fallece en la miseria, lamentablemente.

En el 77.

Samuelito Lozano, Samuel Margarito Lozano Blancas.

¿Sabes dónde murió? Sí, ¿cómo no? En su casa. Bueno, donde él vivía, en la 14 Poniente 106.

Fíjate que vivió en varios lugares del centro.

Ahí también vivió en la 12.

Pero en todos, en la miseria.

¿Y está sepultado en el Pantón Municipal? El único que, yo me acuerdo, la única persona que se sabe que de repente venía a Puebla y lo buscaba y le echaba una mano.

¿Sabes quién era? Ferrusquilla.

Pues debe ser.

José Ángel Espinosa Aragón Ferrusquilla.

Le echaba la mano, de repente le regalaba.

Yo creo que le entendía el alma de compositor que tenía Samuelito.

Y luego lo ingrato que es la música para muchas personas.

Fíjate que ocurrió una vez que Samuelito andaba en Torreón y estaba chamaco y sale del cine y hay una leva y entonces se lo llevan en la leva, pero resulta que lo van a fusilar y entonces una leva de la División del Norte de Pancho Villa lo van a fusilar, pero uno de los divisionarios de Pancho Villa lo reconoce, le dice, mi general no lo fusile, este señor es el autor del corrido antireleccionista.

¿Cómo que el autor del corrido antireleccionista? Que ya era muy famoso el corrido ese.

Que le salva la vida.

Le traigan una guitarra, a ver que tú eres, sí señor.

Y entonces Samuelito Lozano le empieza a cantar ahí al general Villa y se vuelve indispensable para él, ¿no? Pues sí, porque el corrido de alguna manera narraba los acontecimientos de la revolución y las personas gracias a esa música se iban enterando.

Claro, muchos tenían ficción y a otros los pintaban como héroes.

Pero luego fíjate que cuando vive aquí en Puebla, yo tuve el honor de conocerlo en vivo en los años 60, porque era la época que andaba recorriendo, pues la luz, el alto analco, los sapos, el centro, cantinas pulquerías, en todos lados andaba con su guitarrita.

Andaba vendiendo repuestos y pasadores.

Vendía plumas atómicas.

Pero en la espalda siempre iba cargando su guitarrita, su guitarra valenciana, o tipo valenciana.

Y entonces le llegaba, por ejemplo, a algún comercio y le decían, a ver, Samuelito, cuéntanos algo de la revolución.

Y entonces ahí en su media lengua, que ya tenía porque estaba chimuelo y muy viejito, platicaba alguna cosa y luego te echaba un corridito, y entonces ya entre todos le juntaban 40, 50 pesos, ya había hecho su día.

Pero así vivía en la miseria, en la miseria siempre.

Yo sabes dónde lo conocí, en la miseria siempre.