El cierre de Iker: El Eternauta me pone los pelos de punta 5b6h4c

Hay un vídeo que es muy bueno, a mí me lo parece, a otros parecerá muy malo, evidentemente, donde sale un tipo pidiendo dinero, joven, sano, deme una moneda, tal, que no tengo para nada, no hay trabajo, tal, y el tipo que le está entrevistando le gira la cabeza y dice, pelotudo, no viste este cartel, pelotudo, boludo, y el cartel ponía se busca pinche, ¿no?, sobre la cabeza del que pedía, era un poco, ese vídeo era un poco como estaba Argentina, vamos a hablar de Argentina, Argentina que, bueno, las noticias que indican, luego siempre hay mucha pelea entre quien la interprete de más, que ha subido el salario el doble de la inflación y que mucha gente dice que está ocurriendo un milagro, otros dicen que no, que hay muchas protestas, pero yo no voy a hablar en este caso de la política argentina, me encantaría entrevistar a Millet como fenómeno que surge también de la televisión y ya saben lo que está pasando también con algún estilo de la política, ¿no?, que utilizan la televisión para dar ese salto y porque la gente los ve y sigue siendo, por mucho que digan, también las redes sociales evidentemente un elemento para llegar a la gente, a la gente si le llegas por la tele es como subir una radiografía de tu alma, dicen, me puedo equivocar, pero yo en este tipo, le banco a este tipo, le banco, bueno, yo tengo muchos amigos argentinos y siempre he sentido una gran fascinación por ese país, siempre, siempre, cuando la visité por primera vez me impactó muchísimo porque yo tenía un montón de imaginario colectivo argentino y les digo una cosa, cuando llegué a Buenos Aires, me quedé absolutamente anotado porque me parecía una especie de París, se dice mucho esto, pero me lo parecía, con sus elementos diferentes, mucha gente, yo no sé si aquí había cierto clasismo, decía, bueno, Chile, Uruguay y Argentina, con sus peculiaridades, sobre todo Argentina-Uruguay, pero también Chile en los últimos tiempos, son las más europeas, esto era bueno, yo creo que tal y como está Europa, no es ningún piropo, es mi impresión, al revés, tienen su propia idiosincracia y realmente hay un espíritu muy especial en la comunicación, en todo lo que tiene que ver, yo le he contado esto alguna vez, creo, con la cultura y a alguno le gustará más y le gustará menos, hay dichos muy feos, como dicen dichos de españoles o gallegos, como nos llaman, aquello de compra un argentino por lo que vale y véndelo por lo que dice que vale, es decir, la sensación narcisista de que todo lo... voy a decir una cosa, yo iro mucho a periodistas argentinos, comunicadores argentinos, artistas argentinos, literatos argentinos, futbolistas argentinos, recuerdo muy bien en esa primera llegada a Buenos Aires en el siglo 20, cuando le dije, usted será de boca al taxista y el taxista Carlos era fan de River y aquello casi fue una trifulca, porque el concepto pasión, trasladen esto al voto político o a su historia, lo que ha sido su historia, es muy mágica Argentina, a mí me parece muy de realismo mágico, es mi país favorito, sí, con Perú, yo creo que sí, Perú tiene más arqueología y más misterio, pero hay algo, no, en la forma de transmitir los argentinos, que parece que, pero da igual, en el manejo del lenguaje, da igual la esfera social que tengan, hay una forma de hilar que yo no sé, no, decían, José María García llamaba ballano, que era un poco un... en los años 70 finales, en el Zaragoza, ya antes era la vez, algo como exótico y yo creo que tenemos muy buena relación con Baldano, le llamaba el rapsoda, un poco el poeta, pero como algo que a veces era, no, no, no, la forma de hablar, ellos dicen, no, que hay una mezcla de españoles e italianos, me parece muy auténtica, recuerdo, por ejemplo, con Enrique de Vicente, que quedé en una calle y digo, Enrique, ¿dónde nos vemos?, me dicen, en la calle Corrientes, digo, ¿pero dónde?, ¿a qué altura?, dice, no, por la calle y luego me enteré que la calle Corrientes era en aquel momento la más larga del mundo, o con el mayor número de casas o cuadras del mundo, entonces claro, con Enrique de Vicente y sin embargo nos encontramos, aquella calle Corrientes estaba llena de librerías, no sé cómo estar ahora, llena de librerías y que abrían por la noche y una imagen que me impactó en el año de 1999, donde visité Capilla del Monte, Villa Carlos Paz, la provincia de Córdoba, Buenos Aires, era la cantidad de gente joven comprando libros en la noche, hay una cuestión política, claro, han tenido, imagínense, la terrible dictadura, bueno, han tenido muchas y muchos movimientos, ustedes lo saben,