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Libros, discos, pelis, eso importa. Puede que sea cínico, pero es la puta verdad.

LUCES EN EL HORIZONTE Con Luis Martín Edvallés.

¡Buenas noches y bienvenidos a LUCES EN EL HORIZONTE! Bueno, ¿qué tal? ¿Has preparado el ruchómetro para venir hoy? ¿A qué te sirvamos? ¿Unos coctelitos? ¿A que nos pongamos aquí un poco culecos? Bueno, nos lo vamos a pasar en grande. Espíritu ochentero total. Bueno, ¿qué podcast más divertido es el que os traigo hoy? Nos hemos cogido Fran y yo de la mano, nos hemos puesto detrás de la barra y vais a ver qué montón de anécdotas vamos a contar, qué bien lo vamos a pasar repasando coctel. Sí, señor, la película de Tom Cruise, sobre todo. En fin, ¿te vienes? Venga, vámonos, que te lo vas a pasar muy bien, te lo digo yo, seguro, seguro, seguro.

LUCES EN EL HORIZONTE Con Luis Martín Edvallés.

Lo reconozco, hoy nos vamos a embadurnar de década de los ochenta. Hoy tocamos una película que es pura ochenta, pura en muchísimas cosas, en su forma de estar hecha, en la música, en los intérpretes, en la pátina que tienes, es que se nota, se nota mucho. Una película que era todo un éxito garantizado en ese momento en videoclubs, yo la vi en el videoclub siendo un chaval. Además, tengo que, de forma interna, agradecérselo a alguien que ya no está entre nosotros y que fue muy amable para que yo viese esta película. Y resulta que bueno, que a mi compañero de grabación también es una película que le tiene un gran cariño.

Y a por ella vamos, vamos a repasar hoy la película, que hay que decirlo así, la película de Tom Cruise, Cocktail. Sí, señor, y aquí se viene, dando volteretas a las botellas, Frank Maestra, ¿qué pasa, amigo? ¿Qué tal, qué tal? Pues fíjate, estaba flipando ahora mismo con esta entrada tan espectacular que acabas de hacer, porque, porque digo, venimos a embadurnarnos y de repente me he visto a ti y a mí vertiéndonos vodka por encima, semi desnudos, así en plan muy cocktail, muy ochentero y tal. Y digo, joder, qué es lo que pasa hoy aquí en Luz en el Horizonte, está volviendo esto un videoclip.

Estábamos poniendo demasiados ruchos.

Demasiado, demasiado, esto hay que poner el aviso parental para este programa.

Madre mía, sí, señor, pero mira, te vas a embadurnar a tope de ochenterismo, eso seguro.

Oh, me encanta y, joder, es que esta peli además le tengo, como te has dicho, un enorme cariño, porque para mí ha sido prácticamente un estandarte, porque como provengo de familia hostelera y ejercizo la profesión y durante muchos años cuando estaba estudiando y tal, incluso veranos, incluso en chiringuitos por aquí, por Málaga, para mí es todo un estandarte, para mí mi mejor amigo, hay que decir, y somos ambos muy cinéfilos.

¿Cómo se llaman? Pues yo, se llama Raúl, que le mando un abrazo.

¡Raúl! Seguro que nos está escuchando.

Raúl sabe muy bien que hemos hecho un montón de cócteles y citando citas de esta peli, frases de esta peli mitiquísimas.

Eh, chico, cuántas veces habríamos dicho, eh, chico, ¿sabes? Preparad un Red Eye.

Pues un montón.

Madre mía, como son goriláis, sí, señor.

Un montón, un montón.

Qué bueno.

Yo también te dije, y lo he hablado mil veces, ¿no? En el podcast que yo trabajé de camareo.

Bueno, vamos a ver, ¿qué tiene de cabeza? En uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis bares de mi pueblo.

¡Uy! No, siete, siete, siete, que me dejaba uno.

Era ser bartender oficial de tu pueblo.

Hubo como, pues desde que cumplí los 14 hasta que cumplí los 16, 17, trabajé en un montón.

Trabajé en un montón.

Muchas veces eran fines de semana, solo esto, ¿sabes? Pero sí, sí, sí, sí, he estado de camarero.

Y tengo mil anécdotas.

Pero mil.

Sí, señor.

¿Tú qué dirías? ¿Que se ha perdido más el mundo al dejar el Luis Videoclo o el Luis Camarero? ¿Cuál ha sido la mayor pérdida para la humanidad? Que no se pierda el Luis Videoclo.