"Como enfrentarnos a la Ansiedad y el Miedo" La Última Estación #3 6u6447

Expreso de medianoche, porque nos une el misterio.

La última estación con José Paredes.

Esta noche quiero hablarte a ti.

Sí, a ti.

Como si estuviéramos sentados en este vagón, con el tren traqueteando bajo las estrellas y la oscuridad.

Quiero hablarte esta noche a ti, que seguramente ayer volviste a llorar.

Sobre la ansiedad y el miedo.

Esos dos compañeros que a veces se sientan a tu lado sin que los invites, que te aprietan el pecho y te hacen sentir que el mundo es más grande de lo que puedes soportar.

Sé que los conoces, porque yo también los conocí.

Así que quédate conmigo esta noche, porque no vamos a pelear contra ellos, vamos a entenderlos y a tomarles la medida.

La ansiedad es como un zumbido constante en la cabeza, ¿verdad? Es esa sensación de que algo va a salir mal, aunque no sepas qué.

Te despierta a las tres de la mañana con el corazón a mil, imaginando desastres que nunca llegarán.

Es la mente corriendo en círculos, preguntándose si hiciste algo mal, si dirás lo correcto, si mañana será peor que hoy.

Te roba el aire, te hace sentir que estás en una cuerda floja sin red debajo.

Y el miedo, si hablamos del miedo, es más crudo.

Es esa sombra que te clava el suelo cuando quieres dar un paso.

Te susurra, no lo intentes, vas a caer.

Es el nudo en el estómago antes de hablar, el temblor en las manos antes de decidir, la certeza de que algo malo espera a la vuelta de la esquina.

Te voy a contar una cosa.

Yo he sentido todo eso.

He tenido noches en que la ansiedad me tenía dando vueltas en la cama, con la cabeza llena de ¿y si? He sentido el miedo mirándome de frente, diciéndome que no era suficiente, que mejor me quedara quietecito.

Y sé que tú también has estado ahí.

Tal vez sea el trabajo que te aplasta, la lectura que no sabes cómo pagar, el amor que se rompió, o simplemente el peso de no saber hacia dónde vas.

Y es que vivimos en un mundo que no para, que nos bombardea constantemente con noticias crudas, expectativas fáciles de llegar para algunos, y es fácil que la ansiedad y el miedo se cuelen como un viento frío que no te deja cerrar la ventana.

Pero déjame decirte una cosa.

¿Por qué están ahí? La ansiedad y el miedo no son tus enemigos, aunque lo parezca.

Son parte de ti, como el latido de tu corazón o el aire de tus pulmones.

Son señales, alertas de un cuerpo que quiere protegerte.

La ansiedad es tu mente tratando de prepararte para lo peor, como un centinela que no sabe cuándo bajar a la guardia.

El miedo es tu instinto gritándote que tengas cuidado, que el mundo puede doler.

El problema no es que existan, el problema es que cuando se sientan al volante, cuando le das el mando y dejan que tu tren descarrile, me dicen muchas veces...

Voy a parar aquí, voy a hacer un inciso.

Me dicen muchas veces, José, ¿tú qué haces estos comentarios tal? ¿Por qué? ¿Por qué sucede esto? Esta semana sin ir más lejos en hacer este comentario es porque tres o cuatro personas me han dicho por qué me atrapa tanto la ansiedad.

Y yo les digo a esos s que me han dicho eso, ¿queréis saber por qué? Porque les dejamos espacio, les damos poder cuando nos callamos, cuando fingimos que estamos bien, cuando corremos de un lado para otro.