Cómo son los alemanes... y cómo nos ven a los españoles 5f4h6p

Bienvenidas y bienvenidos compañeras y compañeros de viaje a un nuevo episodio de Yo y mi maleta, el lugar donde soñamos con viajar y cruzamos fronteras sin tener que hacer fila en el aeropuerto.

Hoy nos trasladaremos virtualmente hasta el país de las salchichas, la cerveza y la eficiencia extrema o al menos eso es lo que se dice, veremos si es cierto, exacto, hablamos de siempre fascinante Alemania. Pero no te preocupes, no vamos a hablar de política ni de cómo pronunciar Eichertorten sin retorcerte la lengua, hoy tenemos algo mucho mejor, una charla relajada, curiosa y esperamos que con sonrisas garantizadas, con una mujer alemana que nos va a contar muchas cosas sobre el turismo, la gastronomía y esas pequeñas costumbres alemanas que a lo mejor nos dejan con la boca abierta o quizá llena de pretzels. Así que ponte cómodo, sube el volumen y prepárate para descubrir Alemania desde dentro, con alguien que la vive, la conoce y por qué no, quizá nos descubra cosas simpáticas de su país.

¡Hallo Helen! ¿Cómo estás? Muy bien, gracias.

¿Estás cómoda? Sí.

Llevas ya 25 años en nuestro país, o sea que durante este tiempo ya nos has calado lo suficiente ¿verdad? ¿Nos conoces bien? Pienso que sí.

¿Tú das clases de alemán en Santiago de Compostela? Pues sí.

Después vamos a dar tus datos por si algún oyente quiere aprender esa lengua que dicen tan difícil para que pueda ponerse en o contigo.

Antes de entrar en materia, ¿de dónde viene tu interés en el español y en España? ¿Por qué has elegido nuestro país? Eso fue una casualidad, eso fue realmente no elegir, por lo menos no conscientemente.

Yo vine aquí, que es un típico tópico, con una beca Erasmus en el 99 y estaba estudiando químicas, pregunté al coordinador, bueno le transmití mi interés al coordinador de hacer un año en el extranjero y me preguntó ¿y dónde? Y dije pues algún país angloparlante, porque eso es lo que yo hablaba, inglés, y me dijo ¿y para qué? Si en ingles ya tienes que hablar sí o sí, y yo ah, pues sí.

Y luego pensé ¿cuál es el idioma más hablado del mundo que se habla en Europa? Es el español, y decidí España, y después me dijeron que Santiago, que estaba muy bien, y así decidí Santiago.

Y ya sabéis que era Santiago de Compostela.

Si hubiera sabido que aquí llueve tanto, no hubiera venido.

Hubieras cambiado de opinión.

Bien, pues si te parece, vamos a comenzar a hablar de Alemania.

Una persona muy próxima me contó una anécdota.

Él vivía en Alemania y me decía que cuando cruzaba la calle la gente le miraba con cara rara, como le ponía mal gesto, hasta que un día se enteró de por qué le miraban con esa mala cara.

Al otro lado le esperaban una pareja de policías y le pusieron una multa por cruzar el semáforo en rojo.

¿Es verdad que los alemanes nunca cruzan con el semáforo en rojo, ni aunque no vengan ni bicicletas, ni trambías, ni coches, ni nada de nada? Pues no lo sé, no lo sé realmente.

Sé que en Alemania yo cruzo cuando el semáforo está en verde.

Aquí lo cruzo en rojo también.

Pero… y sí me acuerdo de pensar alguna vez, oh, Dios mío, me multarán si cruzo en rojo aquí.

Pero en Alemania, no lo sé, no lo sé, la gente suele cruzar en verde.

Yo nunca vi ni sé de nadie que fuera multado por eso.

Bueno, yo me fijé en Alemania y sí comprobé que la verdad es que nadie cruza el semáforo en rojo.

Pues puede ser, sí, sí, sí.

¿Hay alguna regla no escrita que se deba respetar en Alemania para no parecer un maleducado? Yo creo que a lo mejor hace tiempo sí, ahora yo creo que los países de Europa hacen que todo sea bastante igual.

Y llevo mucho tiempo aquí, entonces no lo sé muy bien.

La única cosa que se me ocurrió acerca de eso era, si vas a una casa, en la entrada quítate los zapatos, porque eso, que aquí es algo muy habitual, que no te quitas los zapatos nunca en las casas, pero allá sí que...

Una costumbre muy nórdica también del español.

Sí, claro, es que en la calle, pues en invierno por lo menos está mucho más sucio, por la nieve y todo eso, entonces eso, en la casa no se ponen zapatos.

Aunque mi madre me dijo también, no, no, no, es verdad, que hay mucha gente que...