David: El Señor es mi pastor y nada mefaltará. 2fl1t

Es uno de los salmos más conocidos. Me atrevo a decir que es el salmo más conocido. Seguramente ya sabes cuál es. Salmo 23. Lo vamos a compartir unos minutos. Por eso queremos hablar del rey David. Pero en este caso, de la época cuando era pastor. Pastor de ovejas. Después fue pastor en su hogar y luego fue pastor en el reino de Israel. Pero primero empezó pastoreando ovejas.

Un saludo para toda la audiencia que nos está escuchando ahora mismo. Bienvenidos a este espacio de reflexión. Dejanos tu comentario. No te olvides de compartir este vídeo con tu familia, con tus amigos. Queremos que este mensaje pueda bendecir tu vida.

Jehová es mi pastor. Nada me faltará. Salmo 23, versículo 1. Este salmo es, sin lugar a dudas, uno de los pasajes más amados de toda la Biblia. En momentos de alegría, en momentos de aflicción, este salmo siempre ha sido un refrigerio para muchos de nosotros.

Este salmo seguramente ha tocado muchos corazones. Este salmo ha consolado a los afligidos, ha fortalecido a todos los hermanos. Y hoy por eso queremos meditar en este pasaje. Jehová es mi pastor. Nada me faltará.

David quien escribe este salmo no habla desde la teoría. Habla desde su experiencia personal con Dios. Desde la vivencia. Antes de ser rey fue pastor. Y desde esa experiencia entendió el compromiso y el sacrificio que implicaba cuidar ovejas.

El rey David nos recuerda estas palabras. Él mismo se identifica como una oveja y reconoce a Dios como su pastor. Este no es un salmo de lamento. Es un salmo de confianza. No es una súplica. Es una declaración de fe. Jehová es mi pastor. Nada me faltará. Y muchas veces utilizamos este pasaje para decir que el señor es mi pastor. Nada me faltará. Es decir que él es nuestra provisión. Que con él tenemos todo. Pero darle un enfoque diferente a esta parte. Jehová es mi pastor. Nada me faltará. No te van a faltar las pruebas.

No te faltarán los momentos de aflicción, los momentos de enfermedad, los momentos de lucha. No van a faltar. Sí, Jehová es mi pastor. Nada me faltará. Él nos provee en todo. Pero no me van a faltar esos momentos de prueba. No me van a faltar esos momentos de valle de sombra de muerte. Como dice también David. David comienza con una afirmación. Jehová es mi pastor. Dice mi pastor. No dice nuestro pastor. Ni el pastor de Israel. Aunque ambas afirmaciones son ciertas.

Aquí hay algo más. Aquí hay una relación íntima y personal. Jehová es mi pastor. David no habla de un Dios lejano. Él conoce a Jehová por experiencia. En medio del desierto, en medio de la soledad del campo, en los enfrentamientos con osos, con leones, él aprendió a depender del Señor. Cuando tú y yo decimos Jehová es mi pastor, estamos diciendo le pertenezco a él, dependo de él, confío en su voz, sigo sus pasos.

Eso es lo que hacen las ovejas. Eso es lo que tenemos que hacer nosotros. Depender de él. Confiar en él. Seguir sus pasos. Esto no es religión. Hay una frase que dice Dios no es religión, es relación, es comunión. El Dios creador de todo, el Dios eterno, se acerca a nosotros para pastorearnos personalmente. Puedes tú decir con convicción las palabras de Dios en este versículo. Jehová es mi pastor, nada me faltará.