Dormía acompañada pero soñaba sola | El Pela Romero 3b2r3a

Dormía acompañada, pero soñaba sola. No sabe bien cómo pasó, pero en un momento se dio cuenta que antes le daba el corazón y ahora le da la espalda. Ya no estaban esas chispitas en el aire, ya no había magia, sólo se estaba callando que ya le había descubierto los trucos. Ella dormía acompañada, pero soñaba sola. Ya no era lo mismo, estaban en la misma cama, pero cada uno en la suya.

Él se creyó que podía dejar de prestarle atención. Total, ella siempre iba a estar. Ella, mientras tanto, tomaba impulso para decirle que hace rato ya no estaba, que se había ido. Estaban viviendo la previa de un final cantado. Le dio tiempo a ver si él le decía la verdad, aunque ella ya la sabía. Él, ni sabiendo que la perdía, tuvo el coraje de hablar. Cada noche se le moría un poquito más el amor y le nacían más las ganas de salir de ahí. Estaba harta de tener miedo a no poder estar sin él y le gustaba la idea de probar a ver qué había después.

Le tentaba la idea de ser feliz. Él la abrazaba como siempre, creyendo que la tenía, pero jamás se dio cuenta que hacía mucho que la había perdido, que ella estaba ahí, pero su corazón y su cabeza ya no. Y como era de esperarse, él tampoco le prestó atención esa vez, sin saber que era la última noche que la tenía en su cama. A la mañana siguiente, ella se fue. Hoy, la extraña y daría lo que sea porque vuelva, pero ella no vuelve más, porque se dio cuenta de que dormía acompañada, pero soñaba sola. Y ella siempre quiso soñar de a dos.