E12T2: Linus Torvalds y su postura sobre Rust en el kernel de Linux. 2q1744

Hola a todos, bienvenidos y bienvenidas al episodio número 12 de la segunda temporada de KernelCast.

Hoy vamos a hablar del intenso debate dentro de la comunidad del kernel de Linux, la interacción de Rust en el desarrollo del sistema operativo y la postura que ha tomado Linux Torvald al respecto.

Así que ponte cómodo y bienvenido, ¡comenzamos! Durante el mes de febrero, la comunidad de desarrolladores del kernel de Linux ha estado sumida en una discusión acalorada sobre la incorporación de Rust.

El debate ha sido tan intenso que algunos mantenedores clave han renunciado a sus puestos, dejando claro que la división de opiniones es significativa.

Ante este panorama, Linux Torvald ha decidido intervenir para clarificar su postura y calmar los ánimos.

En un mensaje dirigido a la comunidad, Torvald ha sido tarjante.

Ningún mantenedor está obligado a aprender, utilizar o siquiera considerar el código escrito en Rust si no lo desea.

Aquellos desarrolladores que prefieran seguir trabajando exclusivamente en C pueden hacerlo sin problema alguno.

Pero Torvald ha expresado su opinión diciendo lo siguiente.

No tiene que gustarte Rust, no tienes que preocuparte por él, se ha dejado bastante claro desde el principio que nadie está obligado a aprender de repente un nuevo lenguaje, y quienes desean trabajar exclusivamente en C pueden seguir haciéndolo.

Pero aquí viene un punto clave.

Quienes elijan no involucrarse en el desarrollo de Rust tampoco tendrán la oportunidad de influir en su evolución ni en la forma en la que el lenguaje se integra en los subsistemas del kernel.

Es decir, si decides no tocar Rust, tampoco podrás bloquear su adopción e intervenir en su desarrollo.

Uno de los momentos más tensos de este debate ocurrió cuando el desarrollador Christoph Hegwin intentó bloquear la aprobación de enlaces de Rust, a pesar de que estos cambios no afectaban directamente al código bajo su mantenimiento.

Torvald no tardó en responder y criticó su actitud, argumentando que ningún mantenedor puede decidir unilateralmente sobre el uso y la tecnología de todo el kernel.

En su respuesta fue claro y directo.

Según Torvald, bloquear la implementación de Rust solo por una preferencia personal es equivalente a deshabilitar características importantes simplemente porque a un desarrollador no le gustan.

En su visión, cada mantenedor es responsable únicamente de su código, y no tiene autoridad sobre el uso de las nuevas tecnologías en el kernel y en su conjunto.

Pero Torvald ha dejado clara su postura.

Rust es una opción, no una imposición.

Aquellos desarrolladores que quieran involucrarse en su desarrollo podrán hacerlo y tendrán influencia en su evolución.

Por otro lado, quienes prefieran centrarse exclusivamente en C tienen la libertad de hacerlo, pero sin poder intervenir en la interacción de Rust.

Esta división de responsabilidades establece un equilibrio.

Los desarrolladores interesados en Rust podrán trabajar en su implementación, contribuir al mantenimiento de las interfaces necesarias y definir el futuro dentro del kernel.

Mientras tanto, quienes decían mantenerse al margen estarán protegidos de cualquier impacto del nuevo lenguaje, pero también quedarán fuera de cualquier decisión sobre su evolución.

El mensaje de Torvald es claro.

El desarrollo del kernel de Linux debe seguir avanzando, y la introducción de Rust es una parte de esa evolución.

No se trata de una obligación, sino de una oportunidad para mejorar la seguridad y la estabilidad del sistema.

Sin embargo, la resistencia a su adopción no puede convertirse en un obstáculo para su integración.

Y hasta aquí la primera parte del episodio de hoy, así que vamos con la febrería de la semana.

Y es que un día como hoy, 23 de marzo, pero de 2005, se fundó Mega, un servicio de almacenamiento en la nube creado por Kim Docton, en una época donde las velocidades de internet eran más limitadas y el almacenamiento en la nube aún no estaba tan desarrollado.

Mega ofrecía una solución sencilla y gratuita para compartir archivos de gran tamaño.

Su crecimiento fue explosivo y rápidamente se convirtió en una de las plataformas de alojamiento de archivos más populares del mundo.

Pero ¿qué hacía Mega tan atractivo? Bueno, pues Mega permitía a los s subir archivos de cualquier tipo y compartirlos a través de un simple enlace de descarga.

Esto entre sus ventajas destacaba s sin necesidad de registro, planes gratuitos y y popularidad entre creadores y consumidores de contenido.

En un punto más alto, Mega presentaba aproximadamente el 4% del tráfico total de internet y contaba con más de 150 millones de s registrados.

A pesar de su éxito, Mega comenzó a ser el blanco de investigaciones por parte de la industria del entretenimiento y de las autoridades estadounidenses.

Las acusaciones apuntaban a que el servicio no solo permitía compartir contenido con derechos de autor, sino que también se beneficiaba económicamente de ello.

En 2012, el FBI llevó a cabo una operación internacional para cerrar Mega y incautar sus servidores y arrestar a Kim Docter en Nueva Zelanda.

El cierre de Mega marcó el fin de una era en la distribución de archivos online y generó un gran debate sobre la libertad en Internet y los derechos de autor, aunque desde entonces han surgido alternativas, ninguna ha alcanzado la misma notoriedad.

Y hasta aquí el episodio de hoy, te dejo los métodos de o y las redes sociales en las notas del programa.

Un saludo y hasta la semana que viene.