
"El Hombre de los Relojes" de Arthur Conan Doyle 416d4a
Descripción de "El Hombre de los Relojes" de Arthur Conan Doyle 6p46k
"El Hombre de los Relojes" (en inglés The Story of the Man With the Watches) es un relato corto escrito por Arthur Conan Doyle en 1898. Pertenece a la serie Round the Fire de The Strand Magazine. Es un día lluvioso y horrible en Londres en marzo de 1892, y se ve a dos figuras apresurándose para tomar el expreso de las cinco en punto desde la estación de Euston hacia Manchester. Uno es un hombre alto de unos cincuenta años, cuyos rasgos están ocultos por el cuello de Astracán vuelto hacia arriba de su abrigo. Su compañera es una joven alta, su rostro oscurecido por un velo. Rechazan un compartimento para fumadores cuyo único ocupante, un hombre barbudo de mediana edad, se ve claramente afectado por su repentina aparición. Intenta hablar, pero sus palabras se pierden en el ruido del tren que sale. Se detiene brevemente en Willesden a las 5:12 pm, y luego nuevamente en Rugby a las 6:50 pm, donde la puerta abierta de un carruaje de primera clase llama la atención. Los tres pasajeros ahora han desaparecido, y en su carruaje está el cuerpo de un joven que recibió un disparo en el corazón. No hay pista de su identidad pero, curiosamente, posee seis valiosos relojes de oro, todos de fabricación estadounidense... Se escribió en 1898 cuando Conan Doyle necesitaba fondos para completar Undershaw, su casa familiar privada en Surrey. Además, escribió las doce historias de Round the Fire entre el 13 de marzo y el 5 de octubre de 1898, con un total de 76.000 palabras en siete meses. Round the Fire se publicó en serie en The Strand Magazine desde junio de 1898, siendo esta la segunda historia y "El tren especial desaparecido" la tercera. Música: "Sherlock Holmes Inspired" Dark Academia Blog del Podcast: https://lanebulosaeclectica.blogspot.com/ Twitter: @jomategu 4n1p11
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El hombre de los relojes de arthur conan doyle oh oh son muchos los que recuerdan todavía las extraordinarias circunstancias que llenarnos muchas columnas de la prensa diaria durante la primavera del año mil ochocientos noventa y dos bajo los titulares de el misterio de roche como ese hecho ocurrió en un periodo de excepcional falta de emociones atrajo quizá una abstención superior a lo que él se merecía aunque tuvo para el público esa mezcla de lo caprichoso y de lo trágico que de tal manera excita la imaginación del pueblo sin embargo el interés te cayó cuando después de varias semanas de inútiles investigaciones se vio que no llegaba una explicación definitiva de los hechos y desde entonces hasta ahora parece que la tragedia hubiese pasado al negro catálogo de los crímenes inexplicables y sin expiación sin embargo una publicación reciente de cuya autenticidad no puede dudarse ha arrojado una luz nueva y brillante sobre el tema antes de pasar a exponerla a los lectores convendría que refrescar sus recuerdos acerca de los hechos extraños en que se funda este comentario estos hechos resumidos brevemente son como sigue el día dieciocho de marzo del año citado y a las cinco de la tarde salió un tren de la estación de euston en dirección a manchester el día era lluvioso y tormentoso y la violencia del tiempo se fue haciendo cada vez mayor a medida que avanzaba el día de modo que era uno de aquellos en que no viajaba nadie como no tuviesen necesitas absoluta de hacerlo sin embargo el citado es el que prefieren los hombres de negocios de manchester cuando regresan a esta ciudad desde londres porque solo invierte cuatro horas y veinte minutos y no tiene sino tres estaciones de parada en todo el trayecto por ello y a pesar de la inclemencia del tiempo estaba casi lleno el día del qué hablo el guarda tren era un empleado de confianza de la compañía que llevaba veintidós años de servicios sin la menor queja ni censura llamábase john palmer estaba el reloj de la estación a punto de dar las cinco y el guarda tren estaba por su parte a punto de dar la señal reglamentaria al maquinista cuando vio que dos viajeros rezagados llegaban corriendo por el andén uno de ellos era un hombre de estatura extraordinariamente grande y que llevaba gabán largo negro con el cuello y los puños de astracán he dicho ya que el tiempo era inclemente y por eso el viajero de gran estatura llevaba levantado el cuello alto y de mucho abrigo para proteger su garganta del crudo viento del mes de marzo la impresión que de ese rápido examen sacó el guarda tren fue que aquel hombre tendría de cincuenta sesenta años aunque conservaba mucho de la energía y actividad de su juventud llevaba en una mano una maleta gladstone de cuero marrón su acompañante era una mujer alta y erguida que con sus vigorosas zancadas dejaba atrás al caballero que llevaba a su lado vestía abrigo de viaje largo de color cervato llevaba en la cabeza una toca negra muy ajustada y un velo también negro que ocultaba en la mayor parte de su rostro ambos podrían pasar muy bien por padre e hija
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