"El Sepulturero" de Rainer Maria Rilke 372h4m

El sepulturero de rainer maria rilke también muerto en san rocco el viejo sepulturero se proclamaba a diario que el puesto estaba disponible pero habían pasado tres semanas o más sin que nadie se presentara ocuparlo y como durante todo este tiempo no había muerto nadie la cosa nos parecía urgente esperaban con tranquilidad esperaban hasta que una tarde de mayo apareció un forastero que quería hacerse cargo del empleo quizá la hija del podestá fue la primera en verlo el hombre salió de la habitación de su padre no lo había visto entrar y caminó directamente hacia ella como si hubiera estado esperando para encontrarla en el oscuro pasillo tú eres su hija preguntó con una voz suave tanto un acento extraño a sus palabras la joven asintió y se acercó a él hasta una de las profundas ventanas a través de las cuales entraba el resplandor y el silencio del callejón en puesto en el atardecer allí permanecieron mirándose con atención chicha estaba tan absorta en la contemplación del extraño que no se dan cuenta sino un rato después de que también él debía haber estado observándola atentamente era alto y delgado y vestía un traje de viaje negro de corte extranjero su cabello era rubio y los llevaba como la gente distinguida a grandes rasgos tenía algo de noble en su aspecto podía pasar por un magistrado o un doctor era notable que fuera sepulturero citas busco instintivamente sus manos él la sostuvo ante ella ambas como un niño no es un trabajo duro dijo él y aunque ella seguía mirando sus manos sentí una sonrisa de sus labios como un rayo de sol entonces fueron los dos juntos hasta la entrada de la casa las calles ya oscurecían es lejos de aqui preguntó el extraño y miró las casas que se extendían hasta el final del callejón estaban todas desocupadas no no es demasiado lejos pero te acompañaré ya que no conoces el camino forastero lo conoces tú preguntó el hombre con seriedad lo conozco bien lo he aprendido de esa chica pues me conducía a mi madre que nos fue quitada demasiado pronto ya descansa allí demostrasen lugar entonces avanzaron calladamente sus pasos sonaban como un solo paso en la quietud de pronto dijo el hombre de negro que esas tienes cita dieciseis respondió la joven estirándose un poco dieciseis y con cada día un poco más el extraño sonrió pero dijo ella también sonriendo que esas tienes tú mayor machos que tu cita casi el doble y con cada día mucho mucho mayor en esto llegaron hasta la entrada del cementerio allí está la casa en la que has de vivir junto al depósito de cadáveres dijo la muchacha señaló con la mano entre los barrotes del portal hacia el otro extremo del cementerio donde se veía una pequeña casa cubierta por completo de hiedra así que aquí es exclamó el nombre sacudiendo la cabeza y echó una mirada a su nueva tierra de un extremo al otro por cierto era un hombre viejo el anterior sepulturero de aquí preguntó si un hombre muy viejo vivía aquí con su mujer