En efecto; Pigmalión y Galatea 293832

Descomunal tan descomunal que hay publicaciones científicas que muestran hasta desapariciones de metástasis menos de cuarenta y ocho horas cosa que ya no se puede negar todo se cae a pedazos nos miran tú le dijo circunstancias sino tu percepción rápida que todos los demás enemigo no no eres maldita nadie te escucha llorar la sombra la gente va a mejorar al mundo la culpa está en tu pecho lo que me sofoca envenena culpa no no es alcohol eres y es el espejo cónsul los llantos de pigmalión se oían en todos los rincones de chipre en aquel pueblo todos sabían de la tristeza del rey chipre es grande es un lugar enorme de hecho chipre es una de las islas más grandes del mediterráneo pero ni su tamaño ni sus riquezas ni la belleza y el renombre de sus polis o ciudades hacían feliz a pigmalión pigmalión era un alma en pena y todos los súbditos se preguntaban qué le pasaba al rey los habitantes de chipre estaban acostumbrados a afrontar los problemas a mirarlos de frente muchos pueblos del mediterráneo deseaban esa isla querían invadirla persas griegos egipcios fenicios aunque esa situación era una situación peligrosa y estresante no era lo que le quitaba el sueño y entristecía al desgraciado rey eso se debía algo mucho más bonito el amor hacía ya muchos años que pigmalión deseaba contraer matrimonio quería casarse el hombre siendo el rey de chipre pensaba que tendría el favor de la diosa del amor que al parecer era originaria de esa isla sin embargo no lograba enamorarse es más aborrecía a todas las mujeres que conocía y afuera por su apariencia física su carácter o su falta de interés por el arte y la escultura que eran sus dos grandes pasiones ninguna parecía reunir las cualidades que buscaba pigmalión en una compañera en la antigua grecia a casarse era muy importante sobre todo para un rey pues del matrimonio nacían los hijos legítimos y los hijos legítimos eran los únicos que podían heredar la corona la transcendencia verdad pigmalión no solamente vivía atormentado por su soledad sino que además sentía que todos sus súbditos lo miraban como si fuera un bicho raro sumido muy habitualmente en la tristeza el rey mascullaba