Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
La Senda de las Plantas Perdidas
El enigma de las flores que doblegaban voluntades: Datura sp. {SPP 085}

El enigma de las flores que doblegaban voluntades: Datura sp. {SPP 085} 53125h

26/12/2024 · 42:58
9
3.4k
9
3.4k
La Senda de las Plantas Perdidas

Descripción de El enigma de las flores que doblegaban voluntades: Datura sp. {SPP 085} 456a4l

Lee el podcast de El enigma de las flores que doblegaban voluntades: Datura sp. {SPP 085}

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

La anciana Momoy Datura tomó un cuenco y lo llenó de agua. Se lavó las manos y le dio el agua a su
nieto. Tras beberla, el muchacho empezó a sentirse mareado. «Me está entrando sueño, abuela. Vete a
la cama y presta atención a lo que sueñes», le contestó ella. El chico así lo hizo y durmió
tres días seguidos, pero no soñó nada. «No te preocupes, hijito, me volveré a lavar las manos»,
dijo la anciana. «Solo hasta los codos». «Abuela, ¿y por qué no te das un baño? Y así al beber el
agua dormiré durante diez días». «No, hijito, si bebieses el agua de mi baño, te convertirías en
un demonio o morirías». «Hasta el codo es suficiente». Muy buenas y muchas gracias por
acompañarme en La Senda de las Plantas Perdidas, este podcast endobotánico donde dar voz a nuestras
historias de amor y de desamor también, con un reino tan olvidado como esencial, el reino
vegetal. Soy Ainaés Erice, bióloga y escritora, y hoy... ¡ay, es que me siento como si volviese a
casa! Vegetofilamente hablando, claro. Porque a lo largo de los últimos diez años he pasado
mucho tiempo pensando, leyendo e investigando sobre las plantas que protagonizan este episodio.
Hace ocho años escribí un artículo detallando mi historia personal con ellas. El embrujo lento
e inevitable que urdieron a mi alrededor y del que mucho me temo yo creo que no me libraré jamás.
Porque me seducen los enigmas, las plantas que son sonrisas de Mona Lisa. Y estas flores son,
además de misteriosas, tremendamente peligrosas. De esas que, al igual que sus hermanas del género
brucomancia, el toé al que le dedicamos un episodio hace bastantes años ya, no toleran
bien la estupidez humana. Desde que las descubrí, como investigadora vegetófila, algunas de ellas
se han convertido en mis compañeras de veraneo, a las que saludo cuando pasamos por el descampado
de camino a tomar el cafetito de la tarde, con sus flores atrompetadas, brillando, blancas como
lunas en la penumbra, de su pared ahí medio de escombros y de colillas. Son mis fascinantes
flores fantasma, cuyas historias siguen intrigándome y confundiéndome a partes iguales. Hoy, en el
podcast de Atura. Cuando el sol se hunde en las aguas del Pacífico y la pleamar nocturna inunda
el cielo de oscuridad, por fin se desperezan las flores de luna y las polillas que las aman. Las
flores son grandes, perfumadas, en forma de trompeta, con cinco lóbulos blancos, a veces
teñidos de una sombra violácea, crepuscular. Todo en ellas, su forma, su aroma, su carácter nocturno,
es una llamada a sus polinizadores preferidos, los esfíngidos, polillas nocturnas con largas
proboscides que se alimentan de néctar, capaces de mantenerse quietas en vuelo mientras liban la
cena de forma parecida a cómo hacen los colibríes. Y al estudiar algunas poblaciones de estas flores
y sus polinizadores, hemos observado que tras tomar sus órbitos de néctar, las polillas tienen
comportamientos extraños, un poco ebrios, intoxicados por la flor lunar, como el alma
que sale en sueños al amparo de las sombras nocturnas. Para los pueblos que habitaban aquellas
tierras muchos milenios antes de que llegasen los misioneros o los pioneros en plena fiebre
del oro, la luna era mujer, dueña del tiempo y de las mareas. Cada mes era una luna, Momoy. Pero
Momoy era también una anciana, sabia y astuta, que podía ver el futuro. Y después del gran diluvio,
Momoy se transformó en la planta del mismo nombre, una planta sabia que puede enseñártelo todo si
te acercas a ella de forma adecuada. Una planta con grandes flores como trompetas blancas, con cinco
glóbulos y a veces cinco apéndices intermedios entre estos, de forma que al verla desde arriba
puedes contar diez puntas en la boca trompetada de la flor. Curioso que el pictograma para
representar a la luna, Momoy, en estos pueblos sea una forma circular con diez puntas.
La flor en cuestión es una de las catorce especies actualmente aceptadas dentro del género
datura, más concretamente es la datura raiti, que ostenta el protagonismo en los rituales
y creencias de las etnias oriundas del suroeste americano, en tierras de la actual California
y alrededores. De todas estas etnias, son los Chumash quienes han elaborado el cuerpo
mitológico y ritual daturaístico más robusto y complejo de todos. Es en sus historias donde
aparece Momoy como planta y como anciana sabia, que todo lo ve y todo lo sabe. Y, según las
viejas creencias…

Comentarios de El enigma de las flores que doblegaban voluntades: Datura sp. {SPP 085} 321o2g

Este programa no acepta comentarios anónimos. ¡Regístrate para comentar!
Te recomendamos
Ir a Ciencia y naturaleza