Enigmas de la Historia P 26 Ramón Franco Daniel Brun 6f5x6d

Bienvenidos una semana más a su cita con la historia. Hoy quiero hablarles de un apellido que formará parte de la historia de nuestro país para siempre.

Un apellido que siempre crea polémica. También tendremos a nuestro compañero Daniel Brun y terminaremos con la segunda parte de nuestro primer cuento del infierno, que lo vieron ustedes hace pocas semanas.

Quédense con nosotros, les aseguro que no se arrepentirán. Empezamos otro Enigmas de la Historia. Franco, escuchar este apellido nos retrae una época que muchos quieren olvidar y que otros muchos quieren exaltar, ya saben lo de las dos España. La polarización que hace que siempre nos enfrentemos. Si uno estudia la historia reciente de nuestro país, aún se escuchan como viejas resonancias los vítores que ensalzan ese apellido. Pero no, no hablo de Francisco Franco. Los que jalean ese apellido celebran la figura de otro Franco, la del aviador Ramón Franco, que a bordo de un hidroavión se dispone a entrar en nuestra historia. Como al comienzo de una vieja leyenda, los libros hablan de un tiempo que se antoja tan tan lejano.

Un periodo donde la gente aún se sorprendía. Una época de grandes avances y valientes hazañas. Una de esas hazañas fue la llegada del hidroavión Plus Ultra al puerto de Buenos Aires. Una proeza que hoy puede parecer un hecho sin valor. Pero en aquellos días fue un vuelo heroico que electrizó al país. Febrero de 1926.

En Argentina gobernaba Marcelo Torcuato de Alvear y Buenos Aires era una de las ciudades más grandes del planeta. En la España de Alfonso XII gobernaba el general Primo de Rivera. Fue allí donde comenzó a germinar la idea del arriesgado viaje. Unos años antes en 1917, el presidente argentino Hipólito Yrigoyen estableció el 12 de octubre como el día de la raza para recordar el patrimonio cultural iberoamericano.

El gobierno de Madrid, embarcado en una regeneración de una España golpeada por la impopular guerra en Marruecos, decidió apoyar un vuelo que fuera homenaje al viaje de Cristóbal Colón en 1492. Un vuelo que atravesaría el Atlántico de norte a sur. Para un vuelo tan importante y arriesgado, el gobierno monárquico eligió una tripulación experimentada con un claro rasgo propagandístico, ya que todos eran claramente republicanos. El jefe sería el comandante Ramón Franco Bahamonde en aquel momento, considerado el piloto más valiente y temerario de la aviación española.

Su segundo fue el capitán Julio Ruiz de Alda, amigo personal de Ramón. Para poder realizar un vuelo tan largo en aquellos tiempos, era necesario un hidroavión, ya que eran los únicos aparatos con autonomía y posibilidad de amerizar. También eran necesarios buques de apoyo de la marina española, lo que motivó la inclusión en la tripulación del teniente de navío Juan Manuel Durán. El último tripulante del Plus Ultra, nombre con el cual fue bautizado el hidroavión, fue el mecánico Pablo Rada.

El aeroplano elegido para el vuelo fue el excelente Dornier J, un hidroavión bimotor de fabricación alemana, considerado el mejor aparato del momento.

Los motores Napier fueron potenciados por Rada para conseguir algunos caballos más de potencia. El avión tenía una velocidad máxima de 140 kilómetros por hora y un alcance de algo más de 2.300 kilómetros. El piloto y copiloto volaban adelante, en una cabina abierta. En la parte trasera se ubicaron Durán con la radio y Rada controlando los motores. El Plus Ultra partió del puerto de Palos de la frontera el 22 de enero de 1926. Su primer rumbo fueron las Islas Canarias, donde llegó tras ocho horas de vuelo. En ese momento,