Entrevista a Javier Salido, quien expone algunas de sus obras en Clínica Aguilar 4bl1b

En Menuda Mañana, de Radio Aguilar FM, tenemos que hablar...

De cultura.

Pues en nuestro magazín, Menuda Mañana, de Radio Aguilar FM, tenemos que hablar, como decimos, de cultura.

Hace ya unas semanas que estamos anunciando que podéis visitar una exposición de pintura en Clínica Aguilar, en concreto, hasta el próximo 27 de junio.

Puedes visitar la exposición de pintura con obras de Javier Salido, cuyo autor tenemos el placer de tener en directo aquí en nuestros estudios.

Javier, muy buenos días.

Hola, muy buenos días.

Pues Javier, muy conocido, desde luego, en Aguilar, fuiste alcalde durante no sé cuántos años.

Ocho años.

Ocho años. Te conocemos todos en Aguilar, pero quizás se desconoce un poco más tu faceta artística, aunque también muchos sabemos que te gusta la técnica, la pintura, y se puede ver en Clínica Aguilar.

Pero empezaremos por el principio, Javier.

Javier Salido, ¿cuándo se empieza a aficionar por el dibujo, por la pintura? Yo pienso que empecé con 14 años o así.

Me acuerdo que pinté mi primer cuadro a óleo.

Era un torero entrando a matar al toro.

Ya estaba allí en el desván de mis padres en Villalobos, yo qué sé de tiempo.

Sí, por fin no sé lo que ha sido de él.

La posaría bonito, déndole.

Sí, después, en el 75, hice una exposición de plumillas sobre Aguilar.

Monumentos de Aguilar, la plaza, Nevada, Santa Cecilia, la cascajera, la barbacana, en fin, castillos, muchas cosas.

Eso sí les conservarás.

No, porque muchos los vendí, solo me queda uno que tengo ahí en la exposición, de la iglesia y la plaza Nevada.

Con 14 años, ¿ya con óleo cómo…? No sé, fue un experimento.

Después ya no volví a pintar más, hasta mucho más tarde.

¿Cómo conseguiste tener óleos a esa edad? Pues no sé, porque me los había regalado alguien, no me acuerdo.

La verdad es que hace muchos años.

Normalmente se empieza con las pinturas que usamos más de joven.

¿Y cuándo retomas el óleo? Pues después, cuando estuve mucho tiempo pintando plumilla, me detectaron una retinopatía diabética, que dicen los médicos, o sea, que la diabetes me atacó al ojo, y entonces perdí bastante vista.

Y me aconsejaron que siguiera pintando a plumilla, porque es mucho desgaste.

Hay que atracar mucho la vista.

Y entonces empecé a pintar a acuarela, a óleo, a todo.

A témpera, acrílico, a todo pinto.

¿Eres autodidacta o cómo es el proceso? Lo poco que sé lo he aprendido yo solo.

Siempre he intentado pintar hiperrealista.

Y es una manera, para mí, de motivarte e intentar superarte los colores, las formas, intentar hacerlo cada día mejor.

Todavía sigo pintando todas las mañanas una hora, hora y pico.

Porque es para ti pintar, entonces, un placer, una emoción.

Ahora estoy pintando un ramo grande de rosas de color carne encima de una mesa, y me está quedando bastante curioso.

Todos los días una hora, supongo que tengas ya muchos cuadros pintados.

Muchos, sí, he vendido también bastantes cuadros.

Pero yo no lo hago por vender, lo hago por distraerme y por superarme y, además, olvidar los problemas cotidianos.

¿Y la idea del siguiente cuadro de dónde te viene? ¿Voy a pintar un ramo? ¿Voy a pintar…? No, veo una cosa y tal.

Este que estoy pintando, me acuerdo que tengo un hijo en Alemania y estuvimos hace dos años y vimos un cuadro, unas rosas, y digo, esto tengo que pintarlo yo.

Y, bueno, en ello estoy.

Ese cuadro igual acaba luego en Alemania.

No sé.

Me gusta mucho uno que he hecho últimamente, que fue una fotografía que hizo Quique Bravo, el bibliotecario, y me la dio, dice, esto tal, y la he pintado.