ENTREVISTA con Leticia Sabater 5l251g

¡Arriba, camastrones! ¡Vamos! Ya suena el No te cortes.

En Vía Radio.

Con Paco Merchan.

¡Mediodía! Y ya está aquí.

Ya la tenemos con nosotros aquí, en Vía Radio.

Y no veas tú cómo he tenido yo el teléfono esta semana de gente que me decía, a mi teléfono personal, me decía oye, ¿vas a entrevistar a Letizia Sabater? Pues sí, la voy a entrevistar, la tengo aquí ya por la mañana.

Y le doy los buenos días. Letizia, buenos días.

Muy buenos días, Paco.

Oye, qué maravilla, cómo te levantas por la mañana, qué espíritu tienes. Bueno.

Qué maravilla, qué gusto.

Y estoy durmiendo poco, imagínate si llego a dormir mis horas.

Bueno, pues te digo una cosa, si llegas a dormir tus horas, tienes la misma energía que yo.

Hombre... Hombre, claro que sí.

Oye, ¿por qué creas tanta expectación? Porque en el WhatsApp de la radio, el mío personal, mis amigos, diciéndome ¿vas a entrevistar? Porque llevamos una semana en Vía Radio dándole promoción a tu entrevista, porque nos hacía mucha ilusión tenerte.

Hace poco has estado en El Hormiguero, y dices que si está en El Hormiguero, tiene que estar en Vía Radio.

Claro, claro. No, la verdad...

Claro, la verdad que...

Pues mira, te digo una cosa, siempre he creado muchísima expectación, pero no es algo que yo provoque, que es lo mejor.

O sea, es algo que lo llevo innato.

Yo muchas veces digo fíjate esto que ha sacado esta persona si lo sacara yo.

Digo, bueno, se organizaría la Mundial.

O sea, no sé por qué, no sé si tiene que ver, fíjate, con haberme dedicado al mundo infantil de pequeña, que me tienen como... ¿sabes? Encasillada.

Como muy idealizada, claro, en cuanto al mundo infantil.

Y entonces, cuando de repente, claro, no se dan cuenta que yo soy una mujer hecha y derecha, claro, una adulta, una persona adulta, entonces, pues evidentemente...

¿Sabes? Y aparte que reconozco que yo soy una persona de extremos, o sea, que reconozco que del mundo infantil...

O sea, le he dado la vuelta completamente al otro extremo.

Bueno, yo soy bastante de extremos, porque yo soy de las que pienso que las medias ni para nada, ¿sabes? Que para mí las medias no son buenas.

O sea, creo que los medios no están ni en un lado ni en otro.

Entonces, pues bueno, he preferido ser transgresora y he preferido... Mira, te voy a decir una cosa, cuando naces pija y en una familia con pasta y pija, llega un momento que es muy aburrido ser pija.

Exactamente. ¿Y eso es lo que a lo mejor molesta? Pues no sé si la palabra es molesta o genera expectación, no lo sé muy bien.

Yo creo que es una mezcla de las dos.

Yo creo que, por los s que yo tengo, yo creo que molesta.

En algunos sectores molesta. Bueno, hay de todo.

Escucha, molesta y encanta, Paco.

Claro, era lo siguiente que te iba a decir.

Es que eres odiada y querida a partes iguales.

Exactamente. Yo también lo tengo clarísimo.

O sea, lo tengo muy claro.

Y es verdad, creo que es algo, efectivamente, que o encanta o molesta.

Porque muchas veces, al final te pasas un poco todo por el forro, que resulta que al final te da igual lo que piensa nadie y hagas lo que a ti te apetece hacer y lo que realmente quieres hacer y lo que te apetece.

Opine lo que opines de enfrente, pues...

Pues es que eso... Pasan dos cosas.

Que a unas personas les encanta y a otras les molesta, porque no son capaces de llegar a ese punto.

Y a otras les encanta porque realmente iran el que hayas llegado a ese punto en tu vida.

Porque no se llega fácilmente.

No, no, ya te digo yo que no.

Oye, ¿tú crees que en todo esto hay un punto también importante de envidia? La envidia, ¿sabes qué? Existe. Existe en todo el mundo.

Hombre... No solo en España, en todo el mundo.

Claro, porque al final el éxito de uno parece que es el fracaso de otro.

Y no es verdad, en absoluto.

Yo siempre digo que cada persona tiene su éxito y tiene sus momentos de gloria.

Un cirujano, cuando le sale bien una operación y salva una vida, imagínate lo que es eso. Hombre, claro.

O da igual, o un barrendero que acaba su día, acaba de barrer, ha hecho todas las calles, está contento y me va a tomar una copilla, porque me ha salido muy bien todo el trabajo y he dejado las calles perfectas y limpias para todo el mundo.

Yo creo que todos los trabajos, todos, tienen su recompensa personal y cualquier trabajo es bien honesto y bien digno.

Y mira que los gallegos son trabajadores, ¿eh? Sí, sí, no, no. Muy trabajadores son los gallegos.

Por supuesto. Oye, hablando de Galicia...

A mí me encantan, eh.

Me alegro que te encantemos.

No, no, me encantáis.

O sea, yo me pirro por un gallego, que lo sepas.

Ah, bueno, pues nada.