Ep 97. La importancia de PARAR: El Emprendimiento Invisible 307f

Hola, esto es El Juego de Emprender, el podcast sobre emprendimiento para no emprendedores.

Mi nombre es Sergio del Prado y yo no nací emprendedor, sino que la vida me llevó a emprender.

En este espacio compartiremos recursos e inspiración para que tú también te animes a hacerlo.

¿Jugamos? Muy buenas, querido, querida oyente, espero que estés muy bien.

Ya has visto de qué va el episodio de hoy, de parar y de desconectar, y a lo mejor me dices, a ver Sergio, que me vas a volver loca, que estás todo el día con el empieza, muévete, prueba, que si hábitos de productividad, que si pico, pala, pico, pala, pico, pala, y ahora me vienes con parar y desconectar.

Que sí, querido Pado Juan mío, que tiene sentido, que como en todo, los extremos son peligrosos y la virtud está en el punto medio, en el equilibrio.

Es verdad, insisto mucho en temas de productividad, en hábitos de hacer, en marcarnos objetivos, en superar la procrastinación, en accionarnos a pesar del miedo, y lo hago porque veo que es lo que más cuesta en general, lo que más os cuesta a vosotros, que es el ponerse en movimiento.

No todo el mundo, pero es muy habitual que os cueste poneros en acción porque necesitáis ver el camino completo antes de poneros a caminar, porque el miedo os bloquea, porque tenéis muchos ladrones de tiempo, porque procrastináis, porque os ponéis delante del ordenador y no sabéis priorizar tareas, y en mi empeño de ayudarte a emprender, yo soy como mi entrenador personal Valentín, que le digo, ay Valentín, que yo no puedo levantar este peso, y él me dice, pues claro que puedes, y claro que puedo, pues tú también puedes.

Lo que pasa es que también me encuentro gente, que tal vez es tu caso, o seguro que conoces a alguien a tu alrededor que es así, que está en el otro extremo, gente que no puede parar, gente que es incapaz de permitirse un rato de descanso, de no hacer, o hacer desde otro lugar un lugar más reflexivo, más estratégico.

A veces recibo mensajes del tipo, Sergio, esta semana estoy trabajando en mi podcast todas las noches hasta las tantas, o me estoy levantando a las 5 de la mañana para practicar breathwork con tus audios, y bueno, pues esto me hace sentir un poco culpable y pienso, madre mía, madre mía, que estoy creando máquinas de emprendimiento, monstruos del crecimiento personal, y bueno, yo la verdad es que también tengo una tendencia excesiva al hacer...

Poco a poco la voy controlando, voy corrigiendo mis impulsos, poco a poco voy conociéndome más también, voy entendiendo cómo funciono yo y qué me sienta bien, qué no me sienta bien.

Por ejemplo, sé que no puedo quedarme muy tarde trabajando por las noches, porque luego me cuesta muchísimo dormir, o me paso la noche soñando con trabajo.

Tampoco me puedo pasar todo el fin de currando, aunque me apetezca, porque luego llega el martes y no puedo con mi vida, tengo sensación de viernes.

Es como el que empieza la semana destrozado porque se ha pasado todo el fin de dejuerga con sus amigos.

Aparte de descansar un día a la semana, sé que de vez en cuando necesito parones más largos de 3 días, 4 días, 5 días, una semana, pero también he aprendido que parones más largos de una semana tampoco me aportan mucho y luego me cuesta un montón volver a tomar ritmo.

Yo, por ejemplo, en vez de estar 100% de vacaciones durante una semana o durante dos semanas sin hacer nada de nada, prefiero viajes un poco más largos, en plan un mes, y aprovechar parte del tiempo para mí, para estar al aire libre, para estar en el mar, para hacer alguna actividad y dedicar tiempo también a mis proyectos.

Todo esto lo he ido aprendiendo poco a poco al cabo de los años.

Si tú todavía no has encontrado tu equilibrio perfecto, no te preocupes, ya lo encontrarás.

Ya he explicado por aquí alguna vez que aunque suene un poco cliché, a mí me cuesta mucho diferenciar cuándo estoy trabajando de cuándo no lo estoy.

De hecho, tampoco veo la necesidad de diferenciarlo.

Está claro que cuando tengo sesiones 1 a 1 con mis clientes estoy trabajando, y cuando le dedico tiempo al Club de Crezcamos también estoy trabajando, pero cuando se lo dedico a mi podcast, estoy trabajando.

Antes cuando trabajaba por cuenta ajena el podcast era mi hobby, ahora ya no es mi hobby, ahora es trabajo.

Si estoy leyendo libros de crecimiento personal un domingo por la tarde, estoy trabajando.

Ya sabes que ahora tengo mi propio programa de breadwork, el R63.

El breadwork forma parte de mi emprendimiento, y ahora mismo sigo formándome en breadwork, estoy haciendo otro curso.

¿Eso es trabajo? Y aunque lo sintiera como trabajo, si me gusta, si el trabajo es mi forma de desarrollarme, de expresarme, de canalizar mi creatividad, de aprender y de crecer, ¿por qué voy a dejar de hacerlo? Y la verdad es que me cuesta bastante responder a esta pregunta.

Te cuento todo esto por si te sirve a ti, para hacerte despejo.

Cuando emprendemos es muy difícil separar trabajo del resto, es difícil diferenciar el Sergio emprendedor del Sergio no emprendedor, y es especialmente difícil los primeros años, cuando lo queremos dar todo.