Frenos rotos, coches locos 3u5o30

¡Tú, amigo! ¿Quieres unos rifles para tus estudiantes? ¡Chico, trae algunos rifles! ¿Quieres unos rifles? ¡Oiga, quíteme las manos de encima! ¡Yo no creo en la violencia! ¡Olvídate de los rifles! ¡Ese gringo está loco! ¿Cómo se le puede acudir decirme que no escucha el sótano de Radio Belgrado? El sótano de Radio Belgrado, transmitiendo para todos los sectores del frente.

El sótano de Radio Belgrado.

El sótano de Radio Belgrado.

Ahí tenemos un parachoque perfectamente aprovechable.

Hola, Luke.

Qué bonito par de zapatos.

Le pusiste un tebo, ¿verdad? Le trajiste desde el otro lado.

Tuve que hacerlo, Luke.

No vendo un coche si no nos atraigo de alguna forma.

Hazme caso, Rudy.

¿Por última vez quieres escucharme, hijo? Bien, supongamos que es un agente secreto de la Agencia de Protección del Consumidor.

Aún estamos a prueba por fraude al consumidor.

Hemos de vigilar nuestros pasos.

Mi ambicioso hermano está sentado allí esperando a que yo caiga para poner sus sucias manos en este local.

Estoy desesperado.

He de vender coches. Tengo que hacerme con diez de los grandes en seis semanas.

¿Diez de los grandes? Rudy, ¿tienes algún problema? No, no.

Echa un vistazo.

Voy a presentarme para senador del estado.

Están buscando una cara nueva, alguien con estilo, con talento, que sepa hablar y que solo diga a la gente lo que ellos quieren oír.

Me buscan a mí.

He hablado con el presidente del partido.

Por 60.000 dólares me compro la nominación.

¿60.000? El dinero lo arregla todo.

Es una especie de pago anticipado.

Cuando esté dentro tendré el 50% de todos los chanchullos.

Bienvenidos a otra nueva edición del Sótano de Radio Belgrado.

En esta ocasión vamos a abordar una película, que luego iré desarrollando, pero son un tipo de productos con los que me siento muy identificado, me gustan.

Que pertenecen a un cine, yo lo llamaría hasta casi comedia experimental, o un tipo de cine que lamentablemente se ha ido quedando más relegado, un segundo o un tercer plano.

Por otro lado, este capítulo sigue formando parte de nuestro ciclo deportivo, aunque lógicamente tiene ciertos matices.

Por un lado, hemos omitido un programa que íbamos a hacer y hemos tenido que reprogramar de urgencia, por espíritu y por tipo de película más afincada a alejarse un poquito del mainstream.

Nos sentimos bastante más identificados con este tipo de producto y hemos decidido cogerla.

Y por otro lado, dentro del ciclo deportivo vamos a abordar dos miniciclos que sobre todo van a estar enfocados a la cultura del vehículo, tanto del coche como del caballo y toda esa especie de cosmovisión o motor espiritual que ha conformado la historia de la frontera estadounidense.

Así que no me demoro mucho más, voy a presentar a Tomás.

No sé si estás de acuerdo con la presentación que me ha marcado, creo que hay que improvisar un poco, tal y como hemos improvisado con el programa, pero bueno, creo que está un poquito bien matizado todo.

Sí, estoy de acuerdo señor Dar con la presentación y saludos a todos los que nos estéis escuchando.

Pues efectivamente, teníamos una película presente, finalmente no cuajó y como en conversaciones fuera de micro decidimos un poco centrarnos en el deporte, digamos de motor, no solo de motor sino también en sus orígenes, lo que sea la épica, el caballo, después vendría la moto, el coche, el automóvil y vamos a ver una película centrada en la importancia que tiene el automóvil para la sociedad de la cultura estadounidense.