
Descripción de Hipnosis. Dejando ir 2t2p5u
Audio del hipnoterapeuta Horacio Ruiz. Hipnosis. Dejando ir. 706h6z
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Acomódate de la manera que te resulte más cómoda y más relajada.
Permite que mi voz te acompañe.
Vamos a hacer un viaje.
Mi voz será tu guía, te orienta, te aconseja, te sugiere.
Te indicaré en todo momento qué hacer y cómo hacerlo.
Ponerlo en práctica depende de ti.
Y mi voz puede ser la voz de la lluvia o puede ser la voz del viento, eco profundo que emerge desde lo más hondo, desde lo más profundo de tu mente inconsciente.
Y ya de entrada aceptamos, luego lo comprobaremos, que en el inconsciente hay fuerzas que intentan sanarnos, curarnos, que el inconsciente es nuestro amigo, nuestro aliado, nuestro consejero.
Así decía Carl Gustav Jung.
Tal como estás, acomoda el cuerpo un poquito, que te resulte más confortable, tranquilo, confortable.
Recuerda que sólo la práctica hace maestro al discípulo.
Cada uno de nosotros puede convertirse en arquitecto de su propia mente.
Y desde un punto de vista pedagógico, acomodando el cuerpo de tal manera que de cuello hacia abajo, gradualmente, poco a poco, el cuerpo de cuello hacia abajo, déjalo que se hunda, pesado, abandonado.
Y ese sillón, el suelo, una mecedora, la cama, donde sea que estés, ese sillón recoge todo el peso del cuerpo y no te pide nada a cambio.
Por lo tanto, se facilita, es un dejar hacer.
Todo fluye, como el ir y venir de las olas del mar.
Van, vienen, dejan las olas, su blanca espuma sobre la arena, la orilla del mar, y luego vuelven.
Es un ciclo cósmico.
Así es que inhalar, retener y exhalar.
Debes interiorizar, acomodarte a tu propio ritmo respiratorio.
El objetivo es establecer un ritmo respiratorio a través del cual tú te identifiques.
Adapta ese ritmo respiratorio que te permite esa relajación, tranquilidad, ese estado de confort que tú quieres lograr ahora ahí, mientras que mi voz sigue sugiriéndote o orientándote desde aquí.
Siente tus ojos detrás de los párpados cerrados, como si estuvieran vueltos arriba y adentro, hacia un punto donde desaparecen.
Cualquier cambio, obsérvalo.
Cualquier incomodidad, obsérvala, siéntela.
Y otra vez, debes sintonizar con el ritmo, con la vibración central de esta música que escuchas de fondo.
Siente, percibe tus ojos detrás de los párpados cerrados, abajo, como si echaras el telón delante tuyo y te refugiaras en una agradable penumbra en tu interior, mirando con los ojos de tu mente, escuchando con tus oídos.
Miras en la dirección apropiada.
Cada uno de nosotros puede convertirse en arquitecto de su propia mente y deja que todo suceda como sucedió.
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