El hombre del labio retorcido (Sherlock), Audiolibro de Arthur Conan Doyle 122r6a

El desván de los cuentos perdidos relatos de misterio y terror por andar bildu sola el hombre del labio retorcido de arthur conan doyle suscribe ti y apoya este canal en y box para escuchar los capítulos antes que nadie y sin publicidad x x x x hay show with mi hermano del difunto elías mi director del colegio de teología de san jorge era adicto perdido al opio según tengo entendido adquirió el hábito a causa de una típica extravagancia de estudiante habiendo leído en la universidad la descripción que hacía de cuentos y de sus sueños y sensaciones había empapado su tabaco el lauda no con la intención de experimentar los mismos efectos descubrió cómo han hecho tantos otros que resulta más fácil adquirir el hábito que el librarse de él y durante muchos años vivió esclavo de la droga mirando una mezcla de horror y compasión a sus amigos y familiares todavía me parece que lo estoy viendo con la cara amarillenta y fofa los párpados caídos y las pupilas reducidas a un puntito encogido en una butaca y convertido en la ruina y los despojos de un buen hombre una noche de junio de mil ochocientos ochenta y nueve sonó el timbre de mi puerta aproximadamente a la hora en que uno da el primer bostezo y echa una mirada al reloj me incorporé mi asiento y mi esposa dejó su labor sobre el regazo y pozo una ligera expresión de desencanto un paciente dijo vas a tener que salir solté un gen mido porque acababa de regresar a casa después de un día muy fatigas o oímos la puerta que se habría unas pocas frases presurosos y después unos pasos rápidos sobre el lino leo se abrió de par en par la puerta de nuestro cuarto y una dama vestida de oscuro y con un pelo negro entró en la habitación ustedes que finca tan tarde empezó a decir y en ese mismo momento perdiendo de repente el dominio de sí misma se abalanzó corriendo sobre mi esposa le echó los brazos al cuello y rompió a llorar sobre su hombro potente y soy oso pero si es que tweets y dijo mi esposa alzando le el velo que susto me has dado que cuando entraste no tenía ni idea de quién eras sabía derecho a verte siempre pasaba lo mismo la gente que tenía dificultades acudía a mi mujer como los pájaros a la luz de un faro ha sido muy amable viniendo ahora tómate un poco de vino con agua siéntate cómodamente y cuenta nos lo todo o prefieres que mande a james a la cama necesito también el consejo y las luces del doctor se trató de aisha no ha venido a casa en dos días estoy preocupado por el no era la primera vez que nos hablaba del problema de su marido a mí como doctor ya mi esposa como vieja amiga y compañera del colegio la consola amos y reconforta lo mejor que pudimos sabía dónde podía estar su marido era posible que pudiéramos hacerle volver con ella por lo visto sí que era posible sabía de muy buena fuente que últimamente cuando le daba el ataque solía acudir a un madero de opio situado en el extremo oriental del adjetivo hasta entonces sus orgías no habían pasado de un día y siempre había vuelto a casa quebrantado y tembloroso al caer la noche pero esta vez el maleficio llevaba durando le cuarenta y ocho horas y sin duda allí seguía tumbado entre la escoria de los muelles aspirando el veneno o durmiendo bajo sus efectos su mujer estaba segura de que se le podría encontra dar en el lingotes de oro en a persuadan leen pero que podía hacer ella como iba a ella una mujer joven y tímida a meterse en semejante sitio y sacar a su marido de entre los fines que le rodeaban así estaban las cosas y desde luego no había más que un modo de resolverlas no podía yo acompañarla hasta allí sin embargo pensándolo bien para que había de venir ella