La ideología progresista en caricaturas infantiles 2uy10

Bienvenidas y bienvenidos. Hoy vamos a, pues, a explorar un material que nos pone a pensar, ¿no? Sobre qué onda con las caricaturas para niños hoy en día. La base es un video de YouTube de un canal llamado Samuel Adrián, y lo que hace es poner frente a frente las caricaturas de antes que chance recordamos por cosas como, no sé, heroísmo, trabajo en equipo… Claro, como la Liga de la Justicia o los supercampeones, ¿no? O hasta a Jay Arnold con la sabeduría familiar o, bueno, los Pica Piedra, la familia clásica.

Exacto. Y las compara con las de ahora. El análisis del video sugiere que las caricaturas actuales, aunque sí, pueden ser muy entretenidas, pues estarían metiendo ciertas ideologías, el video las llama destructivas y dirigidas a niños muy, muy pequeños.

O sea, la idea es que usan personajes llamativos, tramas que enganchan, pero para, este, como para moldear su forma de pensar. Y a veces, dice el video, sin que los papás estén muy de acuerdo o enterados. Justo, la pregunta central que plantea es, ¿qué cambió? ¿Qué es diferente ahora? Y para empezar a mostrarlo, el video arranca con un ejemplo muy claro, los Muppet Babies. Compara la original, la de los ochentas, que era pura imaginación.

Sí, me acuerdo de esa.

Con la de ahora. Y en la nueva, pues ponen una escena donde Gonzo usa un vestido y explica que no se siente ni niño ni niña. Y la interpretación que le da la fuente es que ahí se ve el cambio.

Ya no es sólo la comida infantil, sino que se busca, digamos, normalizar ideas sobre identidad de género. Ideas que, bueno, consideran complejas para niños de preescolar.

Entiendo. ¿Y da más ejemplos? Sí, menciona varios. Por ejemplo, habla de Plaza Sésamo, un contenido donde bajo la bandera de la diversidad, pues aparece un hombre con barba usando vestido o parejas del mismo sexo. También analiza una serie de Netflix, Ridley Jones. Hay una escena donde un personaje, que es una bisonte, Winifred, pide que le digan Fred y que usen pronombres neutros, elle, y su abuela lo acepta. Y hasta lo plantea como algo bueno para su futuro, para ser líder.

¡Guau! ¿Y cómo interpreta eso el video? Pues la lectura es que le están enseñando a niños de, qué será, 3 a 6 años, que afirmar eso que la fuente llama confusión, pues es como la clave para el éxito. O sea, algo bastante fuerte.

Ya veo. ¿Y mencionaste otros? Sí, también está el caso de Dino Ranch. Ahí son dos T-Rex, machos los dos, que quieren tener hijos. Y empiezan cuidando piedras como si fueran huevos.

¿En serio? Sí. Y luego unos niños les ayudan a conseguir un huevo de verdad. El argumento del video es que la trama te lleva a sentir empatía, ¿no? Por el deseo de los dinosaurios.

¡Claro! ¡Pobrecitos! ¡Quieren un bebé dinosaurio! ¡Exacto! Pero que eso desvía la atención de lo que la fuente ve como el problema real, que son dos machos queriendo tener un hijo. Hasta mencionan rápido a Transformers, un robot que después de un rescate pide que usen pronombres ella-ellas. Entonces, ¿todos estos ejemplos, cómo los cataloga el análisis? Pues mira, la etiqueta que usa es inclusión forzada. Sostiene que estos elementos, la verdad, no es que aporten mucho a las historias originales. Sino que más bien, su función sería como sembrar ideas. Ideas en los niños sobre temas que, chance, ni se les habían ocurrido. Y dice que esto es cada vez más abierto, más de frente.

Y que se esgudan en palabras como tolerancia, inclusión.

Justo, pero que no siempre se respeta, dice la fuente. La opinión de los papás que no están de acuerdo. Y que si no estás de acuerdo, pues rápido te acusan de discriminar.

Pero aquí viene algo interesante, ¿no? Porque el mismo video luego cita otra perspectiva.

Sí, eso está bueno. Cita una charla TEDx de un tipo llamado Juan Sklar. Y él tiene otra visión.

¿Qué dice Sklar? Pues él argumenta que sí, que las grandes productoras como Disney o DreamWorks, en efecto, son progresistas en temas de género, de diversidad. Pero, y aquí el pero es grande, son súper conservadoras en temas de clase social. O sea, la pobreza como que no existe en sus mundos.

¡Órale! ¡Qué contraste! Y Sklar llega a decir que son la maquinaria ideológica más potente de nuestro siglo.

Así, con esas palabras.

¡Qué fuerte! Una maquinaria ideológica.

Y fíjate cómo la fuente original, el video de Samuel Adrián, usa esto. Aunque Sklar critica otra cosa, o sea, lo de la clase social. La idea de maquinaria ideológica… Le sirve para reforzar su punto.

Exacto. Refuerza la preocupación principal del video, el poder enorme que tienen estas caricaturas para influir. Y eso lo conectan con el tiempo que pasan los niños frente a las pantallas, ¿no? Citan de 3 a 6 horas diarias. Imagínate el impacto en mentes que apenas están formando.

Claro, tiene sentido esa conexión.