Inconsciencia sobre dos ruedas 1g2f69

Qué tal bienvenidos y bienvenidas a la penúltima sabía y bueno pues qué duda cabe que la tecnología actual los teléfonos móviles sobre todo son herramientas que nos brindan la oportunidad de comunicarnos con otras personas ante cualquier tipo de eventualidad o emergencia entre otras cosas obviamente pero hablo principalmente de eventualidades o emergencias porque en los años ochenta este tipo de dispositivos no existían y los que eramos jóvenes por aquel entonces ocasionalmente tomamos ciertas decisiones que a día de hoy serían impensables sobre todo por el riesgo que conllevarían y por poneros un ejemplo os contaré una historieta personal para que entendáis a qué me refiero el que os habla tuvo en su momento una montesa de cuarenta y nueve centímetros cúbicos más conocida por aquel entonces como una cota cuarenta y nueve una pequeña motocicleta bueno ciclomotor no que iba como el culo por lo general sobretodo por la tralla que llevaba encima tras varios años de excesos sobre ella y tunning de todo tipo en una de tantas noches de juerga en mi ciudad natal y aburrido de la rutina nocturna habitual de un sábado por la noche pues decidí cambiar de escenario por unas horas y emprender una pequeña aventura sin más importancia como otras tantas de aquella época que ahora recuerdo con la madurez de un adulto tirando a cadáver ya y si le daría importancia sobre todo por lo que podría haber pasado y que para mi suerte no paso sobre las dos de la madrugada cogí mi mi cota la motito está sin un duro en el bolsillo sin ningún teléfono móvil encima obviamente con gasolina suficiente en el depósito y con un paquete de cigarrillos medio vacío pues emprendí rumbo a benidorm la ruta a recorrer era por carretera cutre comarcal pasando por varios puertos de montaña y si no me equivoco hablamos de una distancia aproximada de entre sesenta y setenta kilómetros creo yo recuerdo que esa noche pues había luna llena y eso ayudó bastante en la visibilidad ya que la luz que hacia mi moto pues era una mierda no y bueno pues si de por si la moto tenía unas prestaciones limitadas os podéis imaginar lo que era subir puertos de montaña con ella a vélez a velocidades vertiginosas de treinta kilómetros por hora no el caso es que al final llegué a benidorm aparqué en un sitio cercano a un conocido pap de la época y allí que me fui el papá era el camel famoso por aquel entonces no sé si ahora todavía existirá y bueno pues me pasé por allí a curiosear un poco a ver que sus no había y principalmente desde la distancia no desde la calle pues no tenía ni un duro para ni tan siquiera pedirme una miserable cerveza os diré que estaré allí sobre unos quince minutos y me volví al lugar donde había dejado mi moto me encendí un cigarrillo me lo fumé y me dije a mí mismo qué coño hago aquí el caso es que estuve medidor menos de una hora no arranque la moto e inicié el viaje de vuelta la verdad es que la experiencia tanto el viaje de ida como el de vuelta fue algo muy místico yo solo en medio de la nada no me crucé con ningún vehículo por aquellas carreteras comarcales y puertos de montaña ni al ir ni al regresar solo mi cota cuarenta y nueve la luna llena y un niñato inconsciente de diecisiete años lo de veedor fue pues fue el pretexto no la verdad es que importaba una mierda benidorm solo