Los instantes perfectos. Última parte. 84824

Buenas noches niños tenéis el pijama puesto dientes lavados habéis hecho etíope muy bien porque empieza la hora del cuento hoy quiero mandar un saludo a todos esos niños que escuchan desde finlandia porque después de españa es el país donde más se reproduce mi podcast así que un saludo a todos los niños finlandeses que hablan español pero me escuchan desde allí como no sé decir un beso en finlandés pues os lo digo en español ahora vamos a terminar la historia que a mí me trae loca porque me está gustando muchísimo ya sabéis los instantes perfectos de ana alonso ilustraciones de raúl allen y publicada por la editorial oxford para él la colección el árbol de la lectura nos queda vamos empezando el capítulo diez estáis listos te noto rara dijo arsenio alejándose a toda prisa de la estación de metro babilonia por un bulevar lleno de árboles con cecilia a su lado supongo que ese tipo no te haría nada malo verdad no te habrá amenazado cecilia le miró como si no comprendiera sus palabras me dio un refresco repuso únicamente y patatas suerte que todo ha terminado continuó arsenio ralentizando un poco sus pasos porque le pareció que cecilia estaba cansada la verdad es que no me gustó nada tener que dejarte en casa de mauricio ya sé que puedes cuidar de ti misma pero aun así ese tipo no me gusta nada temí que intentase jugárnosla te aseguro que no es de fiar me dio un refresco repitió cecilia sin dejar de caminar arsenio se detuvo y la miró con el ceño fruncido eso ya me lo has dicho le recordó que te pasa nada estoy cansada reanudaron la marcha aunque arsenio no dejaba de mirar de reojo a la niña por fortuna mauricio le encantaron mis perlas suerte que logre recuperarla todavía no puedo creerme que mi amigo lupi me la robase junto con el resto de mis joyas más valiosas claro ahora tiene pruebas que podrian conducirme a la cárcel así que quiera o no quiera tendré que aceptar sus condiciones está empeñado en que cambie de trabajo a mí edad la verdad por más que lo pienso no sé a qué dedicarme a partir de ahora tienes dinero para vivir el resto de tu vida sin trabajar observó cecilia con la vista siempre clavada en los mosaicos de la cera sí pero a mí me gustaría hacer algo no sé tal vez me decida a ayudar a mi amigo hopper en sus investigaciones qué te parece la idea cecilia se encogió de hombros no sé no creo que mi opinión te sirva de mucho soy solo una cría contestó con tristeza no te puedo aconsejar arsenio volvió a pararse y esta vez se puso en cuclillas y miró a cecilia directamente a la cara oye a ti te pasa algo afirmó preocupado antes no hablabas así parecía tener las cosas muy claras cecilia desvió la mirada lo único que tengo claro es que no se me ocurren más que tonterías lo de ir a verte por ejemplo y lo de ayudarte a sacar los recuerdos de las piedras para devolvérselos a mi abuela y a su primer marido qué estupidez seguro que ellos no los quieren por mi culpa te has quedado sin tus preciosas perlas de sabiduría y todo para nada no digas eso repuso arsenio con suavidad lo que estamos haciendo es importante esos recuerdos son más valiosos que ninguna perla y estoy seguro de que sus legítimos dueños se sentirán muy agradecidos cuando se los devolvamos cecilia hizo una mueca no creo que mi abuela me estén nada agrade decida después de todo lo que le he hecho sufrir ella siempre dice que soy un desastre pero hasta ahora no me había dado cuenta de la razón que tiene al oír aquello arsenio se incorporó bruscamente se había puesto muy pálido decididamente te pasa algo murmuró ya no eres la misma ha sido ese mauricio estoy convencido te ha robado tu fe en ti tu seguridad dime la verdad cecilia que ocurrió mientras yo iba por las perlas cecilia entrecerró los ojos como tratando de hacer memoria el fue bastante amable recordó me dio un refresco ya te lo dije y también patatas luego me quedé dormida arsenio la agarró con fuerza de una mano te quedaste dormida repitió asustado por qué no me lo habías dicho