J.R.R. Tolkien – La balada de Leithian XII 2q5h4y

El lector de medianoche en esa vasta sombra de antaño fin golfín se irguió su escudo descubrió una superficie azul cielo y estrellas de un lejano brillo cristalino pálido con cólera e ira señorial golpeó a esa puerta el rey elfo parad oaci solitario mientras infinitas fortalezas de piedra absorbieron el resonará uso penetrante y claro del cuerno de plata en verde tahalí su desesperado desafío intrépido vociferó fin golfín venid y abrid de par en par rey oscuro tus terribles puertas de bronce salir vos aquí en la tierra y los cielos saturan sale vos monstruoso y cobarde señor y peleará con vuestra propia espada y malos tu gobernante de huestes de esclavos encadenados tu tirarlo protegido por fuertes muros enemigos de los dioses y la raza élfica te espero aquí venid mostrar vuestro rostro entonces morgoth pino por última vez en aquellas interminables guerras se dignó a levantarse del profundo trono subterráneo el rumor de sus pasos un sonido del retumbar de un terremoto subterráneo armado de negro como una torre coronado de hierro se presentó su enormes curso más superficie negra sin blasón con sombras semejantes a nubes de trueno y por sobre el reluciente rey se cernía muy en lo alto como un mazo el blandía aquel mártir sitio del mundo subterráneo reciben dos se precipitó hacia el suelo como un relámpago desmoronando las rocas bajo suyo brotó un abismo se abrió y fue hijo mano golfín como un rayo de luz a través de una nube un puñal blanco saltó hacia un lado y ringing danzó ese acero resplandeciente y azul como el cielo su espada creada con el pica habilitadas para penetrar la carne con un frío mortal con siete heridas desgarró a su enemigo y siete poderosos gritos de dolor resonaron en las montañas y la tierra tembló y las temblorosas oeste-este banda se estremecieron