Jessi: "pido a Dios no enamorarme de un cliente, porque un putero siempre lo será" 2cl6t

Espero que Dios no me castigue, pero yo no quisiera nunca enamorarme de un cliente.

He visto casos y veo que es muy, muy, muy duro.

Porque un putero nunca va a dejar de ser putero.

Estás escuchando Escort, una historia oral de la prostitución en España.

Buenas tardes, mi nombre es Jessy, soy de Venezuela, tengo 30 años.

Muy bien. ¿Este trabajo lo hacías en Venezuela o empezaste a hacerlo aquí en España? No, comencé fuera del país, ya después cuando emigré, ya tengo nueve años que emigré.

Comencé en Colombia.

¿Comenzaste en Colombia? Bien.

Porque es una salida natural para las venezolanas, ir al país y al mundo.

Sí, porque yo cuando emigré, emigré en el 2016, en aquel entonces como que lo más cercano era Colombia, ¿sabes? Y llegué a Colombia, claro, al principio no llegué a esto.

Llegué, fui trabajando normal.

¿De qué trabajabas? Haciendo de todo. En Bogotá, haciendo de todo.

Me tocó de todo, vender en la calle jugos, trabajar en un restaurante limpiando mesas, limpiando baños, todo.

Hasta que me ofrecieron un diciembre, me acuerdo yo, una colombiana.

Un diciembre me ofrecieron y yo tengo un niño.

Y ya era diciembre.

Y yo dije, bueno, me voy.

Y me fui para Cartagena, a trabajar.

Muy bien.

Oye, ¿por qué emigra una venezolana? ¿Cómo es que se dice? No es un secreto para todo el mundo lo que es la situación que tenemos allá.

Claro, en aquel entonces, en el 2016, la situación era tan más fuerte, ¿sabes? Lo de la comida, la escasez de la comida, las colas.

O sea, todo era patético.

Ya.

¿Tú tenías el niño ya cuando...

Sí, yo dejé a mi hijo con seis años.

¿Cuándo? En el 2016.

¿Cuándo? En el 2016.

¿Cuándo? En el 2016.

¿Tú dejaste ya cuando emigraste? Sí, yo dejé a mi hijo con seis años.

Dejé a mi hijo con seis años en Venezuela con mi mamá.

Ya.

Y, aparte de tu hijo, el resto de la familia también dependía de lo que tú mandaras.

Sí, toda mi familia depende de mí.

Mi mamá, mi hijo y mi hermana.

En aquel entonces mi hermana también era menor de edad.

Obvio, mi mamá no sabe lo que yo hago.

Ya.

Nadie.

¿Y lo vas a ver? No, no quiero.

Bien.

¿Sufriría mucho? Sí, porque yo soy estudiada.

Bueno, es lo primero que me decís.

Tanto que estudiaste en Venezuela, yo te ayudé con los estudios, ¿sabes? Y es como usted dice, pues este trabajo lo ven muy mal.

Entonces, no quiero.

¿Y tú estudiabas para? Estudié en la universidad, soy licenciada.

Estudié gestión fiscal y tributaria en mi país.

Nunca has llegado a ejercer el trabajo.

Ejercí la carrera como tres meses nada más y fue en mi país.

Y ya.

Bueno, entonces hay un día que decides venir a España.

Sí.

¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cómo llegas aquí? Primera vez en Ecuador.

En Ecuador duré muchos años.

Tuve un negocio en Ecuador, un bar, donde me fue muy bien.

Pero llegó el COVID.

Después que llegó el COVID, de verdad que...

Vamos a parar un poquito ahí, porque claro, el COVID te pilla ya recuperándote.

Dices que una situación...

Ya eras una empresaria, tenías un pequeño bar y te iba bien.

Sí.

O sea, que es el segundo golpe que te pega la vida.

Sí, el COVID.

Llegué...

Bueno, después del COVID no fue muy...

O sea, yo tenía, como se dice, unos ahorros.

Pero ya yo pagaba dos arriendos, que era el arriendo local, el arriendo a la casa.

Tenía que enviar para mi país, para mi familia.

Entonces, cuando fui a ver, ya no tenía nada.

Y dije, me voy de Ecuador.

Me voy y me fui para mi país.

Otra vez.

Duré cuatro meses en mi país, pero no me alté.

No me hallaba, ¿sabes? Yo sentía que no podía.

Vi las cosas muy diferentes a cuando yo emigré en el 2016.

Pero igualito no...

Entonces tomé la decisión y un día le dije a mi mamá, me voy para España.

Y me vine para acá, para España.

A probar suerte, como se dice.

¿Visado turista? Turista.

Bueno.