Juliana: "para este trabajo hay que ser muy fuerte de mente y tener mentalidad positiva" 3h1713

Mucha fortaleza, mucha mentalidad positiva y hay que tener, como se dice, no sé si aquí yo diría aplicaría, usted me corrige, carácter, pero le toca ser una persona fuerte.

Estás escuchando Escort, una historia oral de la prostitución en España.

Hola, mucho gusto, yo soy Juliana, soy de Colombia, tengo 32 años.

Muy bien, Juliana, ¿cuándo viniste a España? Aproximadamente hace un año.

¿Hace un año? Sí.

O sea, llevas poco aquí.

Así es.

¿Viniste con un visado turista? No, pues como entré al país como de turista, sí.

¿Como turista? Así es.

¿Por tres meses, entonces? Sí.

¿Y qué pasó cuando terminó tu visado? Decidí quedarme, decidí quedarme porque me gustó el país, me di como una oportunidad para mejorar mi calidad de vida y de mi familia de gente.

Bueno, ¿este trabajo ya lo hacías en Colombia? No.

No has hecho...

Aquí.

¿Viniste para este trabajo? No.

¿Para qué viniste? Llegué pues principalmente como turista, pues con ilusión de quedarme, ya había venido antes acá a España.

Sí.

Me había devuelto, me gustó, vine por segunda vez.

Miré pues de que la economía es mucho mejor que en mi país.

Por X persona me dijo, mira, quédate.

No es fácil, pero tampoco es imposible.

Y dije, bueno, dale.

Empecé quedándome en Madrid.

Empecé a conseguir trabajos como de niñera, de limpieza, en construcción.

¿En construcción? Así es.

¿Pero qué hacías en la construcción? Recogía escombros, lijaba paredes, pues un poquito de todo.

Ya, o sea que le has pegado a todo.

En realidad sí.

Pues nunca terminé pues este país con la mentalidad de elaborar en esta área donde me encuentro en este momento.

Jamás.

Desempeñé en diferentes actividades en Madrid, pero nunca en esto.

Me di cuenta de que realmente es un poco complejo, porque pues uno como migrante no es tan fácil como se lo pintan.

Se le cierran muchas posibilidades a uno por sus documentos.

También está pues el que se aprovechan.

Se aprovechan mucho de tu situación, de que tú eres un migrante, y de una u otra manera te quieren pagar lo que se te antoje.

Entonces pues me di cuenta de que, Dios mío, ¿en qué me estoy metiendo? Gasté mis ahorros con lo que había venido acá.

Entonces llegó un momento en mi vida de que dije, ¿qué voy a hacer? Sube seis meses, siete meses, casi siete meses en Madrid, haciendo un poquito de todo.

O sea que en alguna ocasión, perdona que te interrumpa, en alguna ocasión te has sentido explotada laboralmente.

Sí, la verdad que sí.

Lo digo así con toda la sinceridad, porque siento que no era justo, lo veía yo, de que trabajaba de domingo a domingo en diferentes áreas, y recibía supuestamente al mes 500 euros, máximo 700 euros, y era una lucha para que me pagaran por mi trabajo.

Entonces yo dije, es que no, no puedo.

Yo con eso ni siquiera puedo vivir aquí sola.

Era con la ilusión de que tengo que mandar a mi país por mis responsabilidades.

Entonces entendí de que si no salgo de eso, tengo que buscar otra alternativa.

En equis oportunidad conocí a una chica también de mi país, en una entrevista de trabajo, y pues ella me comentó de este trabajo.

Compartimos números, guardé su contato por ahí unos tres, cuatro meses, y pasó una situación difícil en Madrid.

No tenía dinero, no quería irme tampoco para la calle.

Casualmente ella me llamó, me contató y me dijo, mira, no sé qué, qué haces, que te lo has pensado, te quieres venir, no sé qué.

Y estaba como en un círculo de que no sé qué hacer, no tengo dinero en mi trabajo, no me quieren pagar.

Lleva casi un mes sin recibir dinero de mi trabajo, y pues fue como que la única manera en que vi de que bueno, dale, lo voy a hacer.

Me comentó, me dijo vente para tal ciudad, no lo conocía, y llegué acá.

Y pues nada, aquí estamos.

¿Y desde entonces estás aquí? Llevo cinco meses acá, llevo cinco meses.