Leontxo García Analiza las Tendencias del Ajedrez y el Impacto del Ajedrez 960 | Carlsen Sorprende 2x1vk

A ver, Leóncho, el ajedrez que ha avanzado tanto la tecnología y sobre todo desde la
pandemia hasta aquí, quizás en muchas ocasiones resulta monótono porque, claro, si uno se
sabe hasta 20 jugadas o más de memoria, claro, eso no tiene gracia.
En el tema de las aperturas yo más bien recalcaría otra cosa, porque lo que voy a decir creo
que interesa más a todo el mundo, jueguen las aperturas que jueguen o incluso aunque
no jueguen.
Es muy interesante ver cómo se impone la tendencia entre los mejores jugadores del mundo y también
entre los de segundo nivel de no hacer en el tablero la primera recomendación de la
máquina y a veces ni la segunda ni la tercera, sino la cuarta, la quinta o la sexta.
Pero en mi opinión es muy bueno y me explico.
En este debate que tenemos ahora mismo sobre ajedrez clásico o ajedrez 960 que se llama
freestyle, entonces desde un punto de vista filosófico, puramente filosófico, el freestyle
o 960 es una gran idea, es un gran invento, porque la parte más científica del ajedrez,
es decir, la preparación casera, está o estaba empezando a eclipsar muchísimo al
arte y al deporte.
Quiero decir, si tú y yo jugamos una partida cuyos 20 o incluso 25 primeros movimientos
los hacemos de memoria, ¿qué espacio estamos dejando a la creatividad, a la improvisación,
a la imaginación, que es la parte artística, o a la tensión de los apuros de tiempo, de
los el control de las emociones, que es el deporte del ajedrez, pues dejamos muy poco
espacio.
Entonces, esto es una buena noticia porque, claro, si yo te hago a ti la sexta recomendación
de mi módulo, es poco probable que tú la hayas preparado en casa, con lo cual al menos
uno de los dos ya no está jugando de memoria.
Eso puede, por lo menos, retrasar la necesidad de que tengamos que promover en 1960 porque
el ajedrez clásico, al menos en su ritmo lento, queda ya como un rollo patatero, queda
más como una discusión científica que como un deporte o un arte.
Sí, de todas formas, quizás pudiera ayudar también, ya sé que de una manera diferente,
que se aplicaran normas como la norma de Bilbao, la norma de Sofía.
Sí, yo siempre he sido, como tú bien sabes, yo siempre he sido un furibundo partidario
de todo tipo de medidas contra las tablas de salón o de grandes maestros o amañadas
o como lo quieras llamar.
La regla Sofía, por lo menos, tiene la ventaja de que imaginemos que tú y yo nos enfrentamos
y los dos queremos hacer tablas.
Si los dos queremos hacer tablas, evidentemente vamos a hacer tablas.
Ahora bien, si estamos en un torneo donde se aplica la regla Sofía, por lo menos tendremos
que fastidiarnos los dos y estar durante más de 40 movimientos haciendo el paripé hasta
que hagamos tablas.
Lo cual es bastante molesto y además puede dar bastante el cante porque la gente pasa
por nuestra mesa y ve que ahí no hay tensión, etc.
Entonces, yo estoy a favor de la regla Sofía, aunque no sea una solución ideal ni mucho
menos.
Pero sí, yo creo que sobre todo hay que cambiar la mentalidad de los profesionales.
Un profesional de la GED tiene que entender que le pagan por luchar, no por su nombre.
Y por eso yo aplaudo a los organizadores que tienen una lista negra, que fue una costumbre
que inauguró el difunto Luis Rentero en Linares.
Él tenía una lista negra de jugadores a los que no invitaba jamás porque hacían
demasiadas tablas y luchas.
Sí, de todas formas hablábamos, te mencionaba Bilbao, que tú lo conoces muy bien porque
has estado allí, y allí también se aplicaban algunas normas antitablas, ¿no?
Lo del 3-1-0, ¿te refieres?
Sí.
A ver, este sí, este es interesante.
Me refiero, si alguno no lo sabe, como en el fútbol, tres puntos por victoria, uno por
empate y cero por derrota.
Yo estoy a favor, pero tampoco es la solución ideal, porque de alguna manera estás castigando
a muchas partidas, igual que ocurre en el fútbol, que terminan en 3-1-0.