LII. La guerra de Antíoco 2h35e

Bienvenidos a Calamares a la Romana, donde la historia antigua cobra vida en cada programa. Hola, qué tal, buenas tardes. Bienvenidos a una tarde más, a una entrega más, a un directo de esos que creíais que habíamos desechado ya, que los habíamos dejado en el cajón del olvido. Pues no, volvemos con un directo, pero ya os dijimos que volveríamos simplemente cuando necesitamos o tuviéramos la necesidad vital de transmitir en directo, sobre todo cuando trajéramos un invitado de calidad, cuando quisiéramos tratar un tema interesante y hoy se han reunido todos estos requisitos.

Os digo, traemos un invitado especial, seguramente ya sabéis quién es porque nos habéis seguido la anuncio que hemos hecho a través de redes y se me ha olvidado hacer la presentación porque esto no deja de ser un programa de Calamares a la Romana, entonces os tengo que saludar como es debido, como marcan los cánones consulares de la República de los Calamares y es bienvenidos calamares del mare nostrum y de todas las provincias conquistadas y de todas aquellas que acabarán cayendo bajo los estandartes imperiales. O sea que sabed que tarde o temprano el territorio en el que estáis, si no está romanizado, lo acabará estando.

O sea que bienvenido Calamar Mayor. Ángel Portillo, ¿cómo estás? Hola, me he emocionado y todo. No sé si ir a por la lórica segmentata y empezar a conquistar yo solo. Es que esto anima a cualquier cuerpo. Es cierto, estamos en esta época del principio del siglo II a.C. y Roma, pues bueno, es grande pero será muchísimo más grande en adelante.

De hecho, a partir de entonces empezará a conquistar tierra. Como has dicho, este programa merece la pena hacerlo en directo porque es un tema que las personas conocen poco y porque el invitado es muy conocedor de este tema. Nos ha pasado el guión y he quedado maravillado. A ver si algún día soy capaz de hacer guiones como éste.

Bueno, pues sin más, como hoy vamos a ir al grano, no va a ser un directo demasiado largo. Queremos hacer una breve introducción de lo que hayamos tratado hasta ahora y lo que se enlaza con el tema de hoy porque hoy os vamos a hablar de Antíoco III, el grande, de esa guerra de Antíoco contra Roma, de esa llamada guerra sirio-romana.

Para traeros esta guerra que va concadenada con los acontecimientos que os contamos en los tres programas de Calamares a Romanas, en los que hablamos de Filippo V y su desafío a Roma, pues contamos con el mismo invitado que nosotros, que es Richi, de la cuenta Hellenismo y Roma. ¿Qué tal, Richi? ¿Cómo estás? Hola, muy buenas tardes.

Pues nada, yo estoy pletórico por volver y sobre todo por continuar esta serie de programas que estamos dedicando pues a las guerras de Roma en la conquista del Mediterráneo Oriental y hoy vamos a tocar uno de esos conflictos que es de los más olvidados de todos, yo creo que el que más porque Macedonia aún se lleva algo la atención, pero que realmente es en el momento en que se produjo un conflicto de grandes dimensiones, era como el combate del siglo. Así que estoy muy contento pues de que vayamos a dedicar un espacio a hablar de la guerra de Antíoco, que realmente en muchos niveles, a nivel militar, a nivel cultural, a nivel político, muy interesante que yo creo que a todos los espectadores que están aquí con nosotros les va a encantar.

Sí, porque además es una guerra que abre, digamos, las puertas de Asia a Roma, a una Roma expansionista, una Roma que acaba de someter, por lo menos a priori, no vamos a lanzar las campanas al vuelo, pero sí que acaba de someter la Grecia continental por medio de un tratado, un acuerdo, llamémosle acuerdo pero le podemos llamar acuerdo con, entre comillas, porque lo firma con Filippo V pero Filippo V está un poco jugando al subterfugio con Roma, se está haciendo aliado de la república, pero tiene otra cosa en mente que tardará un poquito en aparecer y en acontecer, pero hasta este momento o a partir de este momento, después de esa derrota de la que os hablamos ya en los programas anteriores, recordad que os hablamos de la primera y la segunda guerras macedónicas en los tres programas que colgamos en tres domingos seguidos, porque fueron, además, seguidos para que no perdierais el hilo. Quedó una Macedonia vencida, tocada, pero Filippo rindió esa aplaitesía porque no le quedaba otra, pero él, en su mente, pues iba trazando aún sus planes de venganza, pero entremedio surgiría