Lo que sostiene a más de cien mil galaxias lejanas 1r3f1m

Bienvenidos a Bajo las Estrellas, un podcast donde exploramos y compartimos la experiencia de observar el cielo nocturno. Hoy nos vamos a sumergir en… bueno, en una imagen fascinante que ha salido hace poco.

Hola. Sí, la del telescopio Euclid de la ESA, ¿verdad? La del cúmulo de Perseo.

Esa misma. Tenemos aquí varios apuntes, notas de prensa de la ESA, análisis… y la verdad es que la imagen es impactante.

Totalmente. Es que lo que comentan todos los documentos es la profundidad que tiene.

Fíjate, capta más de mil galaxias del propio cúmulo.

Que ya es muchísimo.

Sí. Pero es que además, detrás, se ven cien mil galaxias más, mucho más lejos.

Cien mil. Es una barbaridad. Y aquí una de las claves que resaltan las fuentes. La luz de algunas de esas galaxias del fondo, bueno, ha viajado diez mil millones de años.

Es mirar directamente al universo cuando era mucho más joven.

Una ventana al pasado, sí. Pero, a ver, más allá de lo bonita que es la foto, que lo es, el objetivo de Euclid aquí, según dicen, es meterse con uno de los grandes misterios.

Exacto. La gran pregunta. ¿Qué mantiene unido todo esto? Porque claro, como describen varios artículos, hay algo que no encaja.

Te refieres a la velocidad de las estrellas.

A eso me refiero. Miden cómo giran las estrellas en los bordes de las galaxias, como estas de Perseo, y resulta que van rapidísimo.

Inesperadamente rápido, ¿no? Mucho más de lo que deberían si solo cuentas la materia que sí vemos.

Eso es. Si solo cuentas estrellas, gas, polvo, la gravedad de todo eso no es suficiente.

Los cálculos que citan dicen que tendrían que salir disparadas. Vamos.

Entonces, ¿qué las sujeta? ¿Qué fuerza invisible está ahí? Pues ahí entra la protagonista de esta historia, y el foco de estas observaciones de Euclid, la materia oscura.

La famosa materia oscura. La misma, los textos la definen como, bueno, un componente invisible del universo.

Invisible porque no interactúa con la luz, ¿no? Ni emite, ni absorbe, ni refleja. No la podemos ver.

Exacto. Pero, y esto es lo crucial, sí tiene masa. Y si tiene masa, ejerce gravedad.

Y no es poca cosa, además. Uno de los puntos que repiten las fuentes es que no es un componente minoritario ni nada parecido.

Qué va. Se estima que es la inmensa mayoría de la materia del universo. Quizás el 85%.

O sea, la mayor parte de lo que existe no lo vemos. Hay una analogía en un artículo que me gustó. La materia que brilla, las estrellas y tal, son los actores.

Pero la materia oscura es el escenario. Invisible, pero fundamental para que la obra exista.

Justo. Me parece una buena forma de visualizarlo.

Y es que, cosmológicamente, los modelos que describen los documentos técnicos apuntan a que la materia oscura es como el andamiaje del universo.

El esqueleto, ¿no? Algo así. Su gravedad, ya desde poco después del Big Bang, habría sido la que llamó a la materia normal para que se empezara a juntar.

Y así se formaron las primeras estrellas, las galaxias y estos cúmulos enormes como Persio.

Correcto. Sin esa atracción extra de la materia oscura, el universo sería, pues probablemente mucho más uniforme, más disperso. No tendríamos estas estructuras.

Y aquí es donde entra Euclid con toda su potencia, según explica la ESA, porque puede medir algo muy sutil.

Las lentes gravitacionales débiles, te refieres.

Eso. Cómo la masa invisible de la materia oscura distorsiona la luz de esas 100.000 galaxias que están detrás.

Es como ver la sombra que proyecta esa masa invisible, ¿no? Aunque no veas la masa en sí. Y Euclid lo hace con una precisión, bueno, sin precedentes.

Exacto. Permite mapear dónde está esa materia oscura.

Y los primeros mapas que han salido, que se ven en algunas visualizaciones, muestran eso.

Una red enorme, filamentosa, de materia oscura.

Que envuelve y conecta a las galaxias que sí vemos en Perseo.

Justo. Se extiende mucho más allá de la luz visible. Dibuja la estructura real, a gran escala, de esa ciudad cósmica. No vemos los ladrillos oscuros, pero vemos cómo sujetan el edificio.

Es que es impactante pararse a pensar que la mayor parte del cosmos se nos escapa a la vista. Euclid no solo está haciendo fotos bonitas, está cartografiando esa influencia invisible que lo moldea a todo.

Sí. ¿No recuerda que lo fundamental no siempre es lo más obvio, verdad? Totalmente.

Estas observaciones nos enfrentan a esa naturaleza oculta de la realidad cósmica. La materia oscura es la respuesta que tenemos ahora para explicar por qué las galaxias no se desarman.

Pero… ¿Su naturaleza última qué es exactamente? ¿Una partícula nueva? ¿Algo distinto? Sigue siendo una de las grandes preguntas abiertas. Lo señalan todos los análisis. Aún queda mucho por descubrir.

Desde luego. Pues muchísimas gracias por acompañarnos en este análisis del cúmulo de Perseo y de estos misterios de la materia oscura basándonos en lo último de Euclid. Ha sido fascinante.

Un placer, la verdad.