La mala praxis y eficacia de la medicina académica (836) 02/2025 282w4l

Si te interesas por los temas ocultos, misteriosos y mágicos o por la salud del cuerpo o del alma, si te atraen los enigmas del hombre, su mundo y su mente, escúchanos.

Encuentros en la media noche tiene como meta guiarte de la oscuridad a la luz, de la ignorancia a la sabiduría, aportando claves para el despertar y el crecimiento integral del ser humano.

Un programa creado y dirigido por el profesor Santiago Pazin.

Sintoniza con las otras dimensiones del saber.

Emprendemos viaje hacia el centro del laberinto a través de las ondas mágicas de Encuentros en la Media Noche.

Si te interesa obtener bienestar por medios naturales, toma nota de cómo alcanzar un mayor nivel y calidad de vida.

Bajo mi orientación profesional o la de mis invitados, entramos en el apartado de salud y vida integral.

Suelo decir que mi llegada a este mundo no deja de ser un poco milagrosa.

Cuando era adolescente mi madre me contó que cuando yo nací el médico le comentó a mi padre que tenía que salvar o a la madre, a mi madre o a mí.

Nunca supe qué decisión pudo haber tomado mi padre, pero el caso es que al final nací con ciertos achaques, también mi madre le quedaron los suyos de por vida y yo recuerdo de pequeño durante un largo tiempo yendo al colegio que antes de ir tenía que ponerme una inyección en el barrio donde yo vivía, el pincheaculos que yo llamaba, que tenía que ir antes siempre de ir al colegio.

Al parecer me operaron de un par de cosas cuando era niño según mi madre y recuerdo a los 14 años que también me operaron de algo ya más habitual, de la apéndice.

Aunque estaba bien y el cirujano que dijo que ya que estaba abierto y la apéndice no tenía muchas funciones fisiológicas, lo cual es totalmente falso, pues me la extirpó igual. Así funciona la medicina.

Siempre fui un niño débil, enfermizo, hasta que un buen día recuerdo a mi abuelo, que lo conozco por referencias más bien, ya que solo tengo destellos, reflejos de él, mi abuelo paterno, perdón mi abuelo materno, y él usaba mucho las plantas medicinales. Aquello me llamó la atención porque me mandaba a buscar ciertas plantas al campo, al bosque, que luego él utilizaba. Me acuerdo que me mandaba a coger ortigas y que le diera muy fuerte con ellas, muy rápido y fuerte por todas las piernas y luego solía decir que ya podía correr como un galgo porque activaba la circulación sanguínea.

Quizás de aquello a nivel subconsciente como niño quedó grabado en mí la importancia de las plantas medicinales y todo lo natural.

Pasado el tiempo y ya no solo como adolescente sino como adulto, me formé dentro de la naturopatía, dentro del mundo del yoga, de lo que llevo 41 años, años más tarde dentro del mundo de la mente, de la hipnosis, de la piel agresiva y muchas cosas más.

Lo cual me sirvió y me sigue sirviendo para no querer mucho en la medicina oficial, académica, que todos utilizamos en nuestra sanidad. Recuerdo también que mi madre me llevaba mucho al médico por problemas digestivos.