MAYAN “SE QUEDA SIN ALIENTO” MIENTRAS LOS F16 BOMBARDEAN HOSPITALES. 1x5q6t

Mayan se queda sin aliento mientras los F-16 bombardean hospitales.

Después de que los médicos salvaron por poco a la hija de Maran Maná de un ataque de asma potencialmente mortal, ella pidió un tratamiento adecuado para evitar que los ataques regresaran.

La madre palestina, de tres hijos, esperaba ansiosamente junto a la cama de su hija en un hospital de campaña en el centro de Gaza.

Cuando finalmente el médico regresó, sostenía una botella de agua de plástico.

Lo habían transformado en un espaciador improvisado conectado a un inhalador demasiado fuerte para un niño de esa edad.

«Esto es todo lo que tenemos», la dijo.

Dado que Israel lleva más de dos meses bloqueando el ingreso a Gaza de todos los bienes y la ayuda, incluidos los suministros médicos, los médicos ahora están recurriendo a alternativas desesperadas a los dispositivos médicamente aprobados que se han agotado.

Maná dice que su hija Mayan, de tres años, lleva casi dos sufriendo de asma.

Sin embargo, su condición ha empeorado drásticamente desde que comenzó la guerra en octubre de 2023.

«Al principio fue difícil moverla», dijo la mujer de 33 años, Amir El-Ey.

Se mantuvo en o con el médico de su hija en el hospital Al-Nash, de la ciudad de Gaza, pero llegar al hospital se volvió imposible.

Vivimos en la zona central y la separación entre el norte y el sur significaba que no podía llevarla allí.

Aproximadamente una semana después del inicio de su guerra contra Gaza, el ejército israelí emitió sus primeras órdenes de expulsión, indicando a los residentes de la ciudad de Gaza y del norte de Gaza que se dirigieran al sur del valle de Gaza.

Semana después cerró completamente el norte y comenzó a atacar a cualquiera que intentara cruzar desde el sur o al centro.

Bueno, yo recuerdo que los mandó hacia Egipto y siguió bombardeándolos, pero por vuestra seguridad.

Eso es como los radares de la carretera.

Esto dejó a innumerables pacientes aislados de los médicos, hospitales y cualquier posibilidad de recibir atención adecuada.

Me siento impotente.

Durante uno de los ataques de asma, Mayan comenzó a perder el conocimiento y empezó a salirle espuma por la boca, según su madre.

Tuve que llevarla de urgencia al hospital más cercano.

Llegamos en el último momento, justo a tiempo para que le conectaran un respirador, recordó.

Mayan solía depender de los nebulizadores Ventolin, pero a medida que su condición se deterioró, el tratamiento se convirtió en nada más que una solución temporal.

Como madre, me siento impotente ante las dificultades de la guerra, porque no tengo más opciones que nebulizadores, antibióticos y analgésicos temporales, dijo Maná.

Incluso los antibióticos y nebulizadores que antes la ayudaban ahora apenas funcionan.

Su condición sigue empeorando.

Incluso después del alto fuego de enero, cuando las fuerzas israelíes se retiraron del corredor de Neftarín y reabrieron brevemente el movimiento entre el norte y el sur de Gaza, Maná todavía no podía llevar a su hija de regreso al hospital Al-Nasr en la ciudad de Gaza.

El hospital había sido asaltado y bombardeado por las fuerzas israelíes. Ya no estaba operativo.

El sistema de salud de Gaza ha sido devastado.

Hospitales bombardeados, personal médico atacado y suministros críticos cortados por un prolongado bloqueo israelí.

En abril, 27 hospitales de la franja se vieron obligados a cerrar debido a los incesantes bombardeos israelíes según el Ministerio de Salud palestino en Gaza.

El bloqueo ha dejado los estantes vacíos.

Al menos el 40% de los medicamentos esenciales y el 60% de los suministros médicos están actualmente agotados.

Desesperada por una solución, Maná recurrió recientemente al hospital de campaña estadounidense en Deir al-Bala, en el centro de Gaza, con la esperanza de encontrar el tratamiento adecuado para el empeoramiento de la condición de su hija.

Le dieron medicamentos para el asma destinados a un grupo de edad diferente simplemente porque no había alternativa, dijo.

Cuando ella pidió un espaciador, el médico regresó con uno hecho a mano con una botella de agua de plástico.

Me quedé impactada. Pregunté, ¿qué es esto? Cuando me dijeron que era un sustituto del dispositivo real, desee que la tierra se abriera y me tragara.

Mi hija asmática tiene que respirar a través de una botella para sobrevivir.

¿Dónde están nuestros derechos como seres humanos? ¿Dónde está el derecho de esta niña a recibir tratamiento y seguridad? Maná solicitó una derivación médica para continuar el tratamiento de su hija en el extranjero.

Pero con un número abrumador de pacientes y heridos considerados más urgentes que Mayan, los médicos no pudieron agregarla a la ya larga lista de evacuación.