DR. MALAYO MUSTAFÁ ALÍ MOHD. 6x4ob

Dr. Malayo Mustafa Ali Moth La vacuna contra la COVID es un fraude, una estafa. El profesor Dr. Mustafa Ali Moth, un científico malayo ha estado investigando el mundo de la toxicología, es decir, el estudio de los factores que pueden afectar la salud de forma discreta como las sustancias químicas presentes en el agua o la botella de plástico de la que bebemos. Este hombre no es solo una bata de laboratorio, es una persona revolucionaria y su trabajo con la Organización Mundial de la Salud lo demuestra.

El profesor Mustafa Ali trabaja en la Universidad de Malasia, liderando un equipo en un lugar de apariencia sofisticada llamado Centro Shimatsu, un MMC para el estudio de xenobióticos. Ese es el término científico para las sustancias químicas extrañas y artificiales que no pertenecen al cuerpo, como el bisfenol A de los plásticos o los contaminantes que flotan en el aire. Utiliza equipos de alta tecnología como la cromatografía y la espectrometría de masas para detectar estas sustancias en cantidades minúsculas, ya sea que se esconden en la sangre, la leche materna o el río cercano.

El profesor Mustafa no se limita a investigar en laboratorios. La OMS le ha encomendado la tarea de determinar qué es seguro comer o beber. ¿Has oído hablar de la melamina? Es una sustancia química que causó una gran polémica cuando apareció en alimentos hace un tiempo. Mustafa formó parte del de la OMS que la estudió, ayudando a establecer normas para evitar que esa basura llegue a los comestibles. Lo mismo ocurre con el BPA, ese material de las botellas de plástico que preocupa a todos por sus hormonas descontroladas.

¿Pero qué? ¿La siguen vendiendo el agua en esas botellas? Su trabajo ayuda a la OMS a establecer límites indicando a los países cómo mantener la seguridad de sus alimentos y agua. Un momento por favor. ¿Quiere decir que la OMS está preocupada por los plásticos que nos tragamos, los bisfenoles, el tabaco y los coches de combustión, que hay que prohibir, pero nada preocupada por los medicamentos y, sobre todo, las vacunas génicas dedicadas? Qué majo eres, Tedros.

Pero no se trata sólo de comida. Mustafa también está inmerso en el estudio de contaminantes ambientales como los eftalatos y los PCB, sustancias químicas que acaban en el suelo, el agua e incluso la leche materna. Investiga cómo podrían afectar la salud infantil, algo que te hace reflexionar. ¿Cuánto de esto circula a nuestro alrededor y por qué no se habla más de ello? Su investigación es como una llamada de atención mostrándonos que necesitamos mejorar nuestra conducta, literalmente.

En fin, para ir al grano, el profesor Mustafa tiene una reputación impresionante. Recibió el premio a científico excelente en 2005 del Ministerio de Educación Superior de Malasia y fue nombrado científico investigador destacado en 2012 por la Academia de Ciencias de Malasia.

Esto no es sólo una palmadita en la espalda, es una prueba de que está causando sensación. Así que la próxima vez que se pregunten quién vigila las sustancias químicas que se infiltran en nuestras vidas, piensen en que el profesor Mustafa Ali está allí para eso. No es muy conocido porque no busca la fama, pero es quien se asegura de que el mundo sea un poco menos tóxico. Estudio a estudio. Sí, sí, pero para el caso que le hacen. El profesor Mustafa ha estado allí trabajando como consultor para la OMS, viajando a lugares como Ginebra y Canadá para asistir a reuniones cruciales sobre problemas de salud mundial.

Ya sabéis que la sede está en Ginebra. Sé cómo funciona la OMS, ha dicho, pero no esperen que revele todos los secretos. ¿Por qué? Porque había que firmar 10 formularios, los teléfonos debían estar fuera, todo era muy estricto. Parece una película de espías, ¿verdad? Ha visto el funcionamiento interno de la OMS y digamos que es un sistema muy cerrado, pero cuando intentó hablar la situación se complicó rápidamente. Dos o tres meses antes de que saliera la vacuna ya les dije a los medios que no se la pusieran.

Todavía no estamos seguros, reveló, sólo para que me callaran la boca y me amenazaran de todo tipo.

¿Se imaginan a un científico de alto nivel silenciado de esa manera? No quedo ahí. También sugirió tomar ivermectina como alternativa, pero eso lo metió en un lío aún más gordo.