Meditación par sanar el alma p614x

Hola bienvenida bienvenido a esta meditación guiada.

Soy Gabriela Litschi y voy a acompañarte en estos minutos de encuentro contigo.

En esta ocasión quiero invitarte a trabajar con afirmaciones para sanar las heridas del pasado. Puede ser que hayas vivido una situación traumática en tu infancia o que hace poco tiempo hayas reconocido en ti una herida ya sea por la falta de validación, por abandono, por expectativas de otras personas que han hecho que te sintieras insegura, inseguro. Es posible que en este momento estés sintiendo emociones difíciles de sobrellevar.

Puede que sientas que eres responsable de la felicidad de otros, que tengas quizá algún sentimiento de insatisfacción o vacío, que te observes sintiéndote siempre a la defensiva en algunas situaciones cotidianas o en la relación con otras personas.

Puede que también estés dejándote llevar por la rutina y el trabajo excesivo para aliviar el dolor que no sabes muy bien cómo sobrellevar.

Por ello te invito a que en este momento seas completamente transparente contigo, que puedas abrirte a las emociones que estás sintiendo. Todas son válidas y te están contando una historia. En estos minutos de trabajo interior vamos a darles espacio para que simplemente te atraviesen. Puede ser la pena, el dolor, la culpa. Permite que puedan estar en ti para luego liberarlas.

Para eso te pido que busques una postura cómoda, ya sea sentándote o recostándote, que comiences a tomar conciencia de tu respiración, haciéndola cada vez más serena, más profunda. A tu ritmo, no hay prisa. En lugar de percibir estas heridas del alma como algo de lo que necesitas deshacerte, te invito a que tomes conciencia de que todas estas heridas son portales para ir hacia tu verdadera esencia. Todo aquello que dolió te está contando algo. Si comienzas a estar contigo sin expectativas verás que es mucho más sencillo transitar todo este proceso de sanación. Respira en tu abdomen llevando allí la inhalación.

Siente cómo se infla tu abdomen al inhalar y cómo suavemente se va recogiendo al exhalar. Respira en tu abdomen donde no hay pensamiento, solamente respiración. Muy bien, continúa respirando unos instantes más, solo en tu abdomen y si algún pensamiento viene a tu mente en este momento, no te preocupes. Simplemente vuelve a la respiración, reconociendo que te has distraído, pero que puedes enfocarte otra vez en ese abdomen que estás respirando. Muy bien, ahora te pido que repitas mentalmente las siguientes afirmaciones. Hazlo con total claridad, convicción y detención.